Otra agresión habitual, a la que nadie pone reparos, es poner pendientes a las niñas poco después de nacer. Nuestra cultura acepta provocar dolor a las recién nacidas por capricho de los padres como algo incuestionable. No hay ninguna necesidad de ello. Por el mismo motivo, y para diferenciarse del otro sexo, se podría pedir que al @l recién nacid@ se le marcase la piel con un tatuaje (que hasta se podría hacer con anestesia local).
Muchos me tacharán de estar discutiendo el sexo de los ángeles y de crear polémica donde no la hay, pero en el fondo, se está maltratando a las niñas tras su nacimiento.