La marca Porsche siempre ha sido sinónimo de potencia y prestaciones; también de constante evolución para superar los límites de la técnica y establecer nuevas referencias en cada época. Todo empezó con el Porsche 356, el primer modelo de producción que se fabricó en Zuffenhausen, tras una corta serie producida inicialmente en Gmund, Austria, y que dio lugar a todo lo que significa Porsche hoy en día.
En 1948, el Porsche 356 'Nr 1' tenía un motor de 35 CV (26 kW) de potencia, pero gracias a su ligereza (585 kilos) y aerodinámica, ofrecía verdaderas sensaciones deportivas. En palabras de Ferry Porsche, "miré a mi alrededor y no encontré el deportivo de mis sueños, así que decidí construirlo yo mismo". Hoy en día, Porsche mantiene ese espíritu pionero, pasión y sueños en una nueva era electrificada del automóvil. El Taycan Turbo GT con paquete Weissach es el Porsche más potente de la gama y también el modelo de producción más potente de la historia de la marca, con más de 1.100 CV de potencia.
100 CV para el 356 Carrera
Pilotos y amantes de las carreras no tardaron en elogiar a los pequeños Porsche de los años 50 por su calidad de construcción y relación entre sencillez y rendimiento. Porsche respondió mejorando sin descanso el motor bóxer de cuatro cilindros. En la primera gran evolución del modelo, en 1955, ya se ofrecían cinco niveles de potencia que llegaban hasta los 100 CV (73 kW) del 356 A 1500 GS Carrera, diseñado para satisfacer a los clientes que pretendían competir en carreras los fines de semana. El 356 siguió a la venta hasta 1965 con continuas mejoras y llegando a los 175 CV (129 kW) de fábrica.
8 cilindros para superar los 200 CV
Porsche superó la barrera de los 200 CV en 1962, con un deportivo homologado para la calle y dedicado a la competición: el 718/8 W-RS Spyder, que alcanzó los 210 CV (154 kW) con su motor 2 litros de 8 cilindros. Este exitoso modelo ganó su categoría en carreras tan importantes como la Targa Florio y los 1.000 Km de Nürburgring. Unos años antes, el 718 RS 60 Spyder fue durante unos meses el Porsche más potente hasta la fecha, con 160 CV (120 kW). Durante ese tiempo los 356 y 718 se disputaron este cetro, con la única excepción del 550 A Spyder de 1956.
Un Turbo para llegar a los 300 CV
El motor de 8 cilindros derivado de la Fórmula 1 acabaría entregando 240 CV (178 kW) y fue usado en pequeñas series de los deportivos de competición homologados para la calle, como el 904 Carrera GTS de 1964. En paralelo, la nueva gama 911 iba cogiendo protagonismo en los concesionarios y las competiciones, lanzándose cortas series desarrolladas por Porsche Motorsport, como los 911 R, 911 2.7 Carrera RS y el 911 3.0 Carrera RS. Pero fue el primer modelo turboalimentado, el 911 3.0 Turbo (tipo 930) de 1974, el primer 911 que ocuparía el puesto del Porsche de calle más potente de la historia. En aquel momento, con 260 CV (191 kW), 251 km/h de velocidad máxima y una aceleración de 0 a 100 km/h en 5,2 segundos, el 911 Turbo revolucionó para siempre el mundo de los vehículos deportivos.
Dos coches únicos ascienden al trono
Entre 1974 y 1986 dos automóviles producidos en una única unidad fueron los Porsche más potentes de su tiempo. Al conocer el nuevo 911 Turbo, un cliente ilustre de Porsche, el maestro compositor Herbert von Karajan, encargó una exclusiva versión aún más ligera y deportiva. Porsche Motorsport se puso manos a la obra y creó una unidad conocida como 911 Turbo RS, con chasis de competición y un motor turbo potenciado a 360 CV (265 kW), que se mantuvo casi una década como el Porsche apto para circular por la calle más potente de la historia.
Le tomó el relevo otra unidad exclusiva, una versión homologada para circular por la calle del Porsche 935 de carreras con motor turbo de 380 CV (279 kW). Fue la primera creación de Porsche Exclusive, en 1983, y se destinó a Mansour Ojjeh, dueño de TAG, empresa colaboradora en el desarrollo del nuevo motor turbo de Fórmula 1. El 935 'Strassenversion' tenía un total de 550 modificaciones y superaba con creces a otros potentes modelos de calle de la época, como el Porsche 928 S de 310 CV (año 1984) o las ediciones limitadas del 911 Turbo de 330 CV (a partir de 1986).
El 959 supera los 500 CV
Al comenzar la década de los 80 aún quedaba mucho camino hasta los 1.108 CV del actual Taycan GT Turbo. La llegada de la categoría Grupo B, con sus enormes potencias y el desarrollo de la tecnología de tracción total, animó a Porsche a crear un deportivo extremadamente avanzado: el Porsche 959 de 1986. Se convirtió en uno de los automóviles más influyentes de la historia, con un motor turbo de 515 CV (378 kW) en versión S, tracción total y suspensión electrónica. El 959 S superó la barrera de los 500 CV y mantuvo durante más de una década su reinado como Porsche de producción más potente. Sus versiones de competición consiguieron en un mismo año, 1986, ganar el París-Dakar y cruzar la meta en séptima posición en las 24 Horas de Le Mans.
Más de 600 CV en un modelo de calle
El 959 S fue superado, once años después, por la versión de calle del 911 GT1, creada para homologar el nuevo coche de carreras en la categoría GT1 de resistencia. La exclusiva serie de 20 unidades vio la luz en 1997 y contaba con el motor turbo de 3.2 litros de carreras ajustado para uso en carretera, con una potencia de 544 CV (400 kW), que establecía un nuevo récord entre los Porsche de calle.
En 2003, Porsche marcó otro hito al adentrarse en el segmento de los supercoches con el legendario Porsche Carrera GT (tipo 980), que redefinió los límites de lo que era posible en aquella época. Basado en un concept ideado para competir en Le Mans, su motor V10 atmosférico de 5.7 litros elevaba la potencia hasta los 612 CV (450 kW), alcanzados a unas impresionantes 8.000 rpm. Fue el primer modelo de la marca construido en fibra de carbono.
En 2011, un 911 recuperó la posición como el Porsche de calle más potente de la historia, con el extremo 911 GT2 RS (tipo 997) de 620 CV (455 kW).