Hoy toca una de parecidos casualmente DEMASIADO evidentes. En tiempos de crisis, poco dinero y mala racha, ¿qué mejor que desperdiciar el don de la creatividad? Parece que ciertos editores/diseñadores/loquesean tienen problemillas a la hora de idear una de las partes más importantes de la maquinación y edición del libro.
Como bien dicen, más vale algo que nada... Y eso es lo que ha pasado. Encontrar portadas parecidas no es fácil, así que aquí acaba esta corta edición. Sin embargo, seguiremos con los ojos bien abiertos en busca de delitos literarios de esta índole.