Nos sorprendió la república de Portugal en 2011 con la aplicación -como medida anticrisis- de una extraña norma resuelta en 2010 con acelerada urgencia, para recaudar euros a costa de sus visitantes y también de sus propios habitantes. Aunque no es nada nuevo en otros paises europeos, la medida, impuesta con gran ímpetu en Portugal, ha impactado a propios y extraños y todavía asusta a quienes pretenden acercarse al país.
Se trata de la ley que grava el tránsito viario por las autovías que acceden al país desde las fronteras españolas. En un principio se hacía a las que accedían desde Galicia, pero su aplicación, según se desprende de la norma aprobada, se generalizaría al conjunto del vial portugués. Son la concesión Norte Litoral (A28 entre Viana do Castelo-salida 22-Darque y salida 11-A41/aeropuerto), la concesión Grande Porto (A41+A42+A4 Custòias/A3) y la concesión Costa de Prata (A29+A17 Mira-estadio de Aveiro+A25 Aveiro-A1)
Esta ley, compleja y caótica, regula la aplicación de tasas que suponen, por ejemplo, 77 euros por un tramo de 76 kilómetros en la autovía A-28, que discurre por la costa del norte portugués, y para la circunvalación de entrada en Oporto. Esto supondría más de un euro por kilómetro para todos aquellos que circulen desde Viana do Castelo hasta Oporto. Ni caro ni barato: en suma, un portazgo en toda regla con la intención prioritaria de recaudar fondos que alivien la profunda crisis monetaria portuguesa.
Nos dice Wikipedia, “El portazgo, pontazgo o barcaje, era un antiguo impuesto de naturaleza indirecta, existente en los reinos de Castilla, Aragón y Navarra que podía gravar los derechos de tránsito, que satisfacían los que iban de camino, pisaban terreno del rey o del señor, o entraban en la ciudad. En otras ocasiones gravaba las transacciones en sí y solían pedirse en los lugares de mayor concurrencia, sobre todo en las ferias y mercados. Podía gravarse tanto a las personas, mercancías o animales.”
En cualquier caso, interesa saber que el paso desde España a Portugal supone pagar un portazgo o peaje desde el norte y que con el tiempo se habrá extendido a todas las autovías que al inicio de la norma estaban libres de pago, las del este y sur de Portugal.
Pero lo peor es el sistema. Electrónico, sin puestos de peaje, con control “descontrolado” de acceso a los dispositivos de identificación y pago, poco definidos, mal situados, extrañamente identificados y escasamente eficientes.
Dice Wikipedia del peaje: “Se denomina peaje al pago que se efectúa como derecho para poder circular por un camino. En la antigüedad, se llamaba portazgo a la suma que debía pagarse para cruzar cierto límite (puerta) entre dos zonas territoriales. En términos más generales se asocia el concepto de peaje a la tasa o tarifa que se cobra a un medio de transporte terrestre, fluvial o marítimo como derecho de tránsito para utilizar la infraestructura de la respectiva vía de comunicación; por ejemplo a los automóviles para poder circular por una autopista”.
Por último, recojo de Wikipedia: “Fielato era el nombre popular que recibían las casetas de cobro de los arbitrios y tasas municipales sobre el tráfico de mercancías, aunque su nombre oficial era el de estación sanitaria, ya que aparte de su función recaudatoria servían para ejercer un cierto control sanitario sobre los alimentos que entraban en las ciudades. El término fielato procede del fiel o balanza que se usaba para el pesaje.”
Para los profesionales del transporte se convierte en un aunténtico fielato, poco própio del siglo XXI en que vivimos. De hecho, antiguamente el tránsito de mercancías se gravaba a la entrada de las ciuades, que se hacía efectivo en las “Fielatos“. Por lo tanto, los nuevos impuestos bien recuerdan a esta técnica recaudatoria antigua que gravaba los derechos al consumo.
No parece, desde luego, que la fórmula elegida por la Administración portuguesa para aliviar la crisis que ahoga al país sea muy apropiada. El impacto negativo en los ingresos por turismo se dejará notar, y los hábitos de movilidad entre la población próxima a las fronteras tenderán a cambiar. Por lo pronto, las localidades del sur de Galicia, destino habitual de turistas portugueses, ya lo están acusando.
En noviembre del 2011se incorporaron al sistema de pago exclusivamente electrónico tres nuevos tramos de autopistas sin régimen previo de SCUT (sem custo para o utilizador, es decir sin coste para el usuario):
El tramo de la IC3 comprendido entre la A23 y la N110 (Atalaia-Santa Cita).Este tramo, de 9 kilométros de recorrido, forma parte de la Concessão Pinhal Interior. Pasa a formar parte del ramal norte de la A13. El resto de este ramal continua en proyecto/construcción (Tomar-Coimbra).
El nuevo tramo de la A4 (concesión AE transmontana), la variante de Bragança, de 7,8 Km. de longitud. Se mantienen los sistemas de pago en los otros tramos (solo electrónico viaje Custóias-A3, manual viaje A3-Amarante).
La nueva concesión Litoral Oeste que incluye la A19 (16,4 Km entre São Jorge y Azoia)y la A8 entre Leiria y las poblaciones periféricas de Cortés y Pousos (6 Km.).
En diciembre de 2011 (decreto-ley 111/2011), fueron incorporadas a este mismo sistema cuatro nuevas SCUTs: la autovía del Algarve (A22:Monte Gordo-lagos), autoestrada Beira Interior (A23 Guarda-Torres Novas), autoestrada das Beiras litoral e alta (A25: Vilar Formoso-Aveiro) y la concesión Interior Norte (A24:Vila Verde Raia-Viseu).
Hasta el momento las nuevas incorporaciones, sumadas a las ya activas, que han ido ampliando por todo el país, incluido el Algarve, las autovías de obligado portazgo, han provocado reacciones de todo tipo, incluyendo aquellas en forma de actos de sabotaje que, según parece, se están haciendo populares entre conductores airados y malhumorados que no tienen a bien pagar el impuesto circulatorio.
Se han vuelto habituales las protestas de ciudadanos desde que se impuso el pago de peajes en las autovías portuguesas, primero en el norte y más adelante en el sur, como las marchas de protesta en la autovía del Infante (EN-125) del Algarve.
A finales de julio de 2013 un centenar de conductores portugueses y españoles colapsaban la EN-125 , en una movilización organizada una comisión de usuarios de los dos lados del Guadiana y por la asociación de Usuarios de la Autovía del Infante (CUVI) -para quienes la introducción de este peaje está llevando al Algarve a una situación de ruina social y económica-, para protestar contra el peaje en la autopista del Infante .
Lo último: un escrache en los alrededores de la residencia estival del primer ministro de Portugal, Pedro Passos Coelho, en el Algarve, para exigir el fin del pago de peajes en las carreteras de la región.
NOTA: Esta entrada es una actualización de la publicada Autovías de Portugal: Portazgo, fielato y peaje en el Blog “Estaba el Señor Don Gato” el 5 de enero de 2012.
Referencias.-
Peajes
Escrache en la residencia veraniega de Passos Coelho (Público, 12/08/2013)
Cómo sobrevivir a los peajes en Portugal (Blog Vigo Low Cost)