Portear a niños grandes… ¡se puede!

Por Latetaymas @LaTetayMas

Recuerdo una de las últimas parejas que yo atendí en la tienda física. Estaban esperando a su primer bebé y buscaban un portabebés para llevarlo en brazos. Mientras yo les hablaba de los distintos tipos y de las edades-pesos adecuados para cada uno, el padre me miraba con ojos de incredulidad. Yo normalmente, cuando hablo de portabebés tipo fulares, no hablo de pesos, sino de edades, fases… Cada niño es un mundo y cada uno pesa lo que pesa. El caso es que el hombre me mira y asegura “pero llevar a un niño de 10 kilos es imposible”. Y justo en ese momento aparece una de mis amigas circuleras, brujas de mi aquelarre, con su ternero de año y medio  en el fular, delante; ella iba con cara de tranquilidad, mirando el móvil y caminando sin esfuerzo, mientras su  nene dormía plácidamente en su pecho. La pregunta era obligada: “María, ¿cuánto pesa Hugo?” ” Pues no sé, ¿10 kilos?” Al señor casi se le caen los ojos de las órbitas. Sólo pensaba en cómo se puede portear a un niño de 10 kilos delante, y hacerlo con cara de poder seguir porteándole cuando pese unos kilos más.

Y es que sí, señores y señoras. Se puede llevar a un niño grande en un portabebés. Sólo hay que tener en cuenta una serie de consideraciones:

  1. Si llevas a tu bebé desde el principio, y esa es la manera normal de llevarle, lo más normal es que tus músculos se vayan adaptando poco a poco al incremento de peso; es como ir al gimnasio: empiezas con 3 kilos y vas aumentando 100 gramos a la semana hasta que lo que levantas ya no son 3 kilos, sino 10, … o 20. Ahora bien: si empiezas a portear cuando tu hijo ya pesa los 10 kilos, tienes que hacer ese trabajo de adaptación al peso poco a poco: un día 10 minutos, otro día un cuarto de hora, y así poco a poco hasta que puedas irte de caminata. Pero con cabeza. Y otra cosa: nada de heroicidades; el hecho de que efectivamente, nuestros músculos se vayan entrenando con el tiempo y cada vez podamos con más peso no significa que la cuestión sea infinita. Todos tenemos un límite en el que ya no podemos portear, y debemos escuchar a nuestro cuerpo para evitar lesiones. Cuanto más pese el niño, menos tiempo seguido podremos llevarlo, cae de cajón. ¿A partir de qué peso? Pues depende de cada uno; yo me di cuenta de que tenía que ir bajando la intensidad cuando mi hija cumplió 4 años y pesaba unos 18 kilos; aún así, seguí porteándola por períodos cortos un año más, y otro más cuando se ponía malita. Pero conozco familias que han encontrado su límite mucho antes.
  2. Un buen portabebés reparte correctamente el peso. No es lo mismo usar una mochila no fisiológica, en la que tu bebé va a colgar de ti, que usar un fular que atará a tu hijo a ti, ajustándolo correctamente y repartiendo el peso en todo el tronco. No es lo mismo llevar un nudo que otro; un niño grande y pesado es mejor llevarle en la espalda; no te quitará campo de visión y su peso estará mejor repartido. No es lo mismo tampoco llevar bien un fular que llevarlo mal. Así que, escoge un buen portabebés y asegúrate de saber usarlo correctamente y de conocer el nudo adecuado para cada uso.
  3. Si tienes una lesión de espalda, tal vez no sea buena idea ponerte a portear. Que todos nos hemos levantado alguna vez con tortícolis y ese no es el mejor momento para usar un portabebés con un niño grande; a lo mejor, tampoco lo es para usarlo con uno pequeño. Es cierto que un portabebés suele ayudarnos a mantener una postura correcta, pero si duele, simplemente, duele.

Dicho todo esto, recopilamos: se puede portear a un niño grande, sin que nos duela la espalda:

La razón por la que me parece tan importante tener esto claro son los padres que se enfrentan a situaciones duras con sus hijos, que les hacen replantearse muchas cosas, entre otras, la necesidad de sus hijos de ser porteados cuando ya no son precisamente bebés.