Lo mejor del otoño son los días de sol radiante, sobre todo cuando los anteriores ha llovido a mares. Son días ideales para salir a buscar setas, a recoger hojas o bellotas o pasear sin más para cargarnos las pilas antes de que llegue el invierno.
bosque otoño
Sólo de pensar en meterme por semejantes “caminos” con un carro me entran sudores fríos, cuestas, hojas resbaladizas, barro… cualquiera se atreve, así que aquí va una pequeña guía para sobrevivir al paseo con tu portabebé.
Los fulares están genial si el niño es pequeño y no camina, los dos calentitos dentro de un abrigo y ya puede hacer el tiempo que quiera. Es seguro, es fácil y además reparte el peso como nada. No obstante, si el niño es mayor y le interesa el mundo del otoño (mami-mira-qué-bicho-qué-hoja-más-chuli-ahí-hay-una-nuez-…) una vez que lo tengas que anudar de nuevo las puntas del fular se te van a quedar bastante perjudicadas, más si ha llovido los días de antes. Es verdad que el que se ensucie no es más que una molestia, pero ataros algo húmedo alrededor puede ser desagradable. Esto se puede evitar con un fular elástico con un preanudado que nos permita sacar y meter al niño sin rehacer el nudo, pero si el peso es importante, habrá que mirar otras posibilidades.
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Las mochilas son fáciles de ajustar incluso en las condiciones más embarradas. Resultan perfectas para intercambiarlas con otro porteador de forma rápida sin tener que arrastrar metros de tela. Además plegadas ocupan poco y nos facilitaran los paseos largos o las siestas en niños más mayores. Es uno de los portabebés que más cómodo resulta de ajustar usado con abrigos independientes, así que si estás pensando en salir a recoger unas piñas para aromatizar el fuego de la chimenea con tu cangurito mayor de supervisor, no te lo pienses.
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Los meitais también son apropiados si lo que queremos es algo más fácil de poner que un fular pero que también nos permita varias posiciones. Sin embargo también será difícil subir y bajar al niño sin que se ensucien las tiras.
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Las bandoleras para mi gusto serán lo mejor para los pequeños exploradores, porque en un bosque hay un montón de cosas que bajar a ver, que si un gusano en un tronco, una hoja de un color bonito, una piedra de forma especial y nuestros peques son curiosos. Las bandoleras tienen un ajuste aceptable con abrigos independientes, fácil sin necesidad de arrastrar tela y con un buen soporte para el sube y baja.
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Como veis cada portabebé nos hará disfrutar de una u otra manera, ¿con cuál os quedáis vosotros?