Portfolio 15-ABRIL / 15- MAYO, 2015

Publicado el 15 mayo 2015 por Juanjo85

  • Marnie, la ladrona (Marnie, Alfred Hitchcock, 1964. EEUU): vuelta, sobrada de metraje, al drama psicológico del mundo de Recuerda, de un Sir Alfred Hitchcock veinte años más joven, esta vez  con una cleptómana atormentada (Tippi Hedren) y un apuesto caballero (Sean Connery) que intentará dar con la raíz de sus problemas. El interés aumenta (en honor a la verdad, decir que no se haya entre los mayores hallazgos del maestro del suspense) en el notable último tercio, orquestado, en mención especial, por un inspirado score de Bernard Herrmann. Uno de los trabajos del inglés que menos valorados están, o al menos en su justa medida, pero cuya intensidad y profundidad para con la psique humana son dignas de aplauso. Pena que el guión acabe desequilibrando sus resultados. Señalar que Hedren y el cineasta acabaron tirándose los trastos a la cabeza.


  • Blue collar (Paul Schrader, 1978. EEUU): primer, interesante y prometedor largometraje de una de las personalidades, temáticamente hablando, más ricas y transgresoras del cine norteamericano contemporáneo, al que le perjudicaron ciertas decisiones que provocaron una irregularidad en su carrera que ha desembocado en productos como The canyons (2013). Para su ópera prima en la dirección construyó un drama social, criminal y moral sobre los tejemanejes de un sindicato de trabajadores, y sus trabajadores, en el Detroit de la época dorada de los coches. El guionista de algunos de los trabajos más respetados de Scorsese demostró valentía y nos preparó para unos films posteriores realmente rompedores.

  • Satanás(The black cat, Edgard J. Ulmer, 1934. EEUU): primera adaptación- por llamarla de alguna manera ya que guarda muy poco parecido, además de estar filmada en una época en la que se vendía mucho mejor un film si su guión o simplemente su historia se basaban en alguna obra de un escritor con pedigrí- de El gato negro, la magnífica historia de Edgar Allan Poe, en la primera de las memorables colaboraciones Universal de los iconos del terror Lugosi y Karloff. Una pareja americana, en un viaje en tren a Hungría durante su luna de miel, conocerá a un siniestro personaje (Bela Lugosi y, tras un accidente en la carretera allá por Austria, los tres deberán alojarse en casa de un personaje todavía más siniestro (Boris Karloff) del cual, sabremos más tarde que es el líder de una sociedad de secreta de adoradores del demonio. Extraordinario relato de intriga más que de horror, cuya atmósfera de desasosiego crece en la misma progresión que la perversión irradiada por el personaje de Karloff, convirtiéndolo en sencillamente imprescindible. Cimentó un gran prestigio para su entonces todavía joven director, quien luego terminó vagando por la serie B.

  • Drácula(Horror of Dracula, Terence Fisher, 1958. GB): segunda versión, además de más libre, de un mito como es el conde creado por Bram Stoker, a cargo de la mítica (atención a los habitualmente magníficos decorados de sus películas) productora británica Hammer y de su más popular y distinguido realizador, quien abordaría la gran mayoría de mitos del fantástico durante su extenso servicio a dicha productora, de la cual fue además cofundador. Trasladando la acción de los Cárpatos a Alemania, resulta un film de horror elegante, con un impresionante trabajo de iluminación y de movimiento de cámara (Fisher era un experto en los travellings laterales), además de una inquietante banda sonora. Obviemos lo obvio (la calidad de sus efectos especiales) dentro de la clase de producciones que paría esta casa, y es la destrucción del mítico Christopher Lee como conde en la escena que cierra el relato. Todo ello, puesto en conjunto, ofrece más que un guión, no diríamos que pobre, pero sí no todo lo inspirado que debería, pero lo suple con una fuerte carga erótica traducida en canalillos por doquier.


  • ¡Átame! (Pedro Almodóvar, 1990. España): el estridente y excéntrico universo de Almodóvar en uno de sus films de mayor predicamento popular. Una trama llamativa aunque simple habida cuenta de su mediocre guión, a caballo entre la comedia y el thriller (un desequilibrado- un Antonio Banderas a punto de dar el salto al cine americano- secuestrará a una actriz drogadicta interpretada por Victoria Abril), que se acaba desviando hacia el melodrama con desenlace altamente inverosímil, aderezado, cómo no, con el toque del director manchego, lo cual no es plato de buen gusto de todo el mundo. Sobresale la intensa realización del firmante de la magnífica La piel que habito.


  • Clown (Jon Watts, 2014): entretenido, y ya, film de horror que daba para bastante más desde mucho antes de su concepción como falso tráiler hace años, ya que viene producido por Eli Roth (de quién ya veremos cuando se estrena su esperadísima The green inferno, la cual está pasando por un calvario en temas de distribución, quién sabe si por su contenido) y es un trabajo encuadrado en el subgénero, siempre interesante, de los payasos demoníacos. La cosa prometía y la promesa se quedó en sí pero no, entregando un film de género disfrutable pero intrascendente, lastrado por un guión lleno de personajes tanto mal dibujados como prácticamente innecesarios. Al menos ofrece una dosis aceptable de gore.


  • Bajo cero (Frozen, Adam Green, 2010. EEUU): agradable sorpresa la que me llevé con este sencillo, hasta cierto atípico y meritorio survival, que presenta a tres jóvenes casualmente olvidados y atrapados en lo alto de un telesilla durante un fin de semana de esquí.  El evidente frío hará estragos y la única perspectiva que en un principio se les ocurre, tirarse, no es muy alentadora, y no sólo por la altura. Planteado como un film con un progresivo aumento del sentido de la tensión y/o desesperación más que del horror, dura lo justo (una hora y media) dado el casi único escenario del cual hace gala y que, de prolongarse más, daría lugar a la tediosa y temida repetición. La potra que tiene uno de los protagonistas hacia el desenlace de la historia es casi de risa.


  • El francotirador (American sniper, Clint Eastwood, 2014. EEUU): desaprovechado y decepcionante,- debido a su repetitiva construcción, a un guión bastante por debajo de lo esperable en el autor de Mystic river y Sin perdón, y también a su discurso- último trabajo del Eastwood realizador, un  manipulado y mecánico biopic sobre la última figura heroica de turno (el cine USA ha sido históricamente amigo de este tipo de relatos) de la última guerra de turno en la que se metió Estados Unidos, que fue la de Irak y Afganistán tras los espeluznantes atentados del 11 de septiembre de 2001 en la ciudad de Nueva York.  Nuevo paso en falso en la carrera de Eastwood, que no firma una obra realmente notable desde Million dollar baby, hace ya una década.

  • Puro vicio(Inherent vice, Paul Thomas Anderson, 2014. EEUU): segundo patinazo consecutivo de quién un día, tras su excepcional Pozos de ambición (There will be blood, 2007) y sus dos primeros trabajos, la estupenda Hard eight (1996) y la obra maestra (scorsesizada, sí, pero obra maestra al fin y al cabo) Boogie nights (1997), fue alumbrado como un cineasta perteneciente a la liga de gente como Kubrick o Welles. The master (2012) fue un truño de cuidado, y esta Puro vicio no le anda muy lejos, pese a lo atractivo de la propuesta. No alcanzo a ver lo que gran parte de la crítica ha visto aquí, quizás porque en esencia cuenta muy poco, más allá de un brillante retrato de una época desfasada. En fin, para un relato de detectives privados vintage mejor ponerse la magnífica Chinatown (Roman Polanski, 1974). Esa sí que es buena de verdad. Aquí, únicamente, momentáneos momentos (valga la redundancia) de humor e intensidad, casi todos protagonizados por Josh Brolin, la salvan de un total desprecio.


  • Alyce (Jay Lee, 2011): thriller psicológico violento y de tono oscurísimo que narra el particular descenso a los infiernos del sexo, la droga y el desequilibrio mental de una chica que pierde a su mejor amiga. Se toma su tiempo para presentar a su protagonista, antítesis del carisma, pero cuando se suceden los estallidos de violencia remonta con creces con un hábil cambio de ritmo. Hará las delicias de todo aficionado al gore, convirtiéndose en una de las propuestas underground más destacadas de los últimos años dentro del apartado del direct to DVD.

  • The look of love (Michael Winterbottom, 2013. GB): biopic, algo más moderado en el ritmo que otras obras similares de su director (pienso en la superior, y de universo parecido, 24 hour party people) del mayor magnate del entretenimiento adulto londinense, el cual vivió su época de mayor esplendor durante los 70 y 80. Mucha droga y mucho sexo, más una lograda estética, un Steve Coogan imponente (ver, aunque parezca una tontería, cuando imita al 007 de Sean Connery y a Marlon Brando) y alguna escena de notable atrevimiento y exceso (ver a padre e hija esnifar cocaína juntos…y a la hija esnifando coca durante el parto de su propio vástago) para otro relato sobre la British underground culture que Winterbottom disfraza con cierto tono neutro, sin ánimo de juzgar y ya habitual en él. En España pasó directamente a DVD, una lástima.


  • Hatchet (Adam Green, 2006): producto slasher de look actual pero naturaleza retro que contiene todas y cada una de las situaciones del género, además de sus diálogos. Bebe evidentemente de Viernes 13 (Friday the 13th, Sean Cunningham, 1981), un film que, con sus limitaciones, se impuso sobre la mayoría de sus congéneres de la época. Esta sorpresa de Green, acto inicial de lo que ya va por una trilogía y de quien luego firmaría la distinta, todavía más interesante y mencionada más arriba Bajo cero (Frozen, 2010), contiene el encanto de lo sobradamente conocido pero bien conducido. Abiertamente disfrutable si se aceptan las reglas, que son las de una película de alto y cutre contenido goresin pretensiones.


  • Better call Saul. Temporada 1 (Better call Saul. Season 1, Vince Gilligan & Peter Gould, 2015. EEUU): esperado y, a la vista está, nada decepcionante regreso al universo de Breaking bad en forma de spin-off con el abogado criminal de aquella formidable serie como protagonista central, en lo que puede verse como una forma de humanizar (al menos en esta inaugural temporada) a un personaje carismático pero demasiado cercano al arquetipo (en este caso, el de letrado sin escrúpulos ni moral). El capítulo piloto da inicio, en blanco y negro, con el Goodman de justo después de los hechos narrados en Breaking bad, para, de seguido, desplazarnos unos pocos años antes de la acción acontecida en esta otra serie, y así irá ocurriendo, sucesivamente, en los siguientes capítulos, un alargado y continuo flashback con ocasionales retrocesos en el propio y gran retroceso que forma la columna vertebral de la serie. Aparecen (al menos uno de ellos será determinante) otros personajes de la anterior serie. Deseando que llegue la segunda temporada, ya confirmada. Excelente.


  • Infectados (Carriers, Álex y David Pastor, 2009. EEUU): pequeño aunque muy rescatable y reivindicable film fantástico a pesar de contar con una temática harto visitada estos años como es la del futuro apocalíptico lleno de zombies (que prácticamente no se ven, en un acierto mayúsculo) por culpa de una pandemia, firmado de manera impecable por dos hermanos catalanes en su primer trabajo en Hollywood, a la vez que en su desembarco en el largometraje. Destaca por su renuncia a la revisitación de situaciones conocidas del género (es un film más psicológico y de personajes- el hombre es un lobo para el hombre- que otra cosa, centrándose en los recelos entre los protagonistas). La secuencia del hospital con el doctor y los niños en cuarentena es verdaderamente terrorífica.