“Espera que sus conocimientos sobre las intervenciones de Estados Unidos en Latinoamérica lo protejan. La mayor parte de la evidencia del juicio permanece bajo sello de confidencialidad, a pedido de los fiscales”, asegura AP.
“La gente que trabajaba conmigo del gobierno no es la misma de ahora. Eran otros tiempos”, reconoció Posada Carriles a la AP. “Yo hice lo que debí hacer en el momento. No tengo remordimiento”.
También reiteró abiertamente su deseo de matar al líder cubano Fidel Castro: “Si Castro entra por la puerta, lo mataría”, le dijo Posada a The Associated Press en la serie de entrevistas en español e inglés realizadas en la residencia en la que permanece en Miami desde que fue dejado en libertad en el 2007.
Según la agencia, al hablar sobre el juicio por mentiroso que se inició hoy en El Paso, Texas, el terrorista aseguró que ”si yo voy a la cárcel, yo me termino la vida en la cárcel. O sea, se acabó todo”.
Es muy probable que el caso abierto en Texas sea la última oportunidad, aunque sea indirecta, de enjuiciar a Posada por las explosiones o cualquier otro acto terrorista, dice el despacho. Los fiscales estadounidenses han presentado documentos detallados que vinculan a Posada con las bombas, incluyendo reportes de Cuba.
Posada dijo que entró a Estados Unidos por la frontera con México. Los fiscales sostienen que realmente llegó a Miami en el bote de un benefactor usando un pasaporte falso. Según la AP, Posada no refutó la versión de los fiscales en la entrevista que le hiciera la agencia, destacando que por años entró en Estados Unidos usando identidades ficticias cuando trabajaba para la CIA y otras organizaciones.
Posada Carriles se refugió en Miami en 1961. Participó en la fallida invasión de Playa Girón, respaldada por Estados Unidos. Luego entró en el ejército, y poco después de graduarse de oficial en formación de campo se convirtió en un informante de la CIA, con la que mantuvo contacto incluso luego de mudarse a Venezuela a finales de los años 60 para sumarse a la dirigencia de la agencia de inteligencia del país sudamericano.
Documentos secretos de los años 60, hechos públicos en el 2009, muestran que los agentes de la CIA encargados de lidiar con Posada lo consideraban moderado y calculador en ese entonces.
Pero la agencia ha dicho que cortó sus lazos con el anticastrista en la época en la que fue vinculado a la explosión de un avión cubano en 1976. Sus abogados, sin embargo, aseguran que Posada siguió vinculado a la CIA durante 25 años, período en que, entre otros hechos terroristas, participó en la voladura de la nave de Cubana frente a las costas de Barbados, que costó la vida a 73 persona.
En 1997, organizó y financió, junto con la Fundación Cubana Americana con sede en Miami, la cadena de explosiones con bombas en centros turísticos de La Habana, que costó la vida al turista italiano Fabio di Celmo.