Posada y la Catrina

Por Miguelo87
De todas las representaciones que diversas culturas en el mundo hacen de la muerte, quizá ninguna infunde tanto respeto como alegría, como lo hace en México La Catrina. Una dama flaca, pero elegante; vieja, pero muy viva, que los primeros dos días de noviembre acompaña al pueblo mexicano en el festejo a sus difuntos.
A diferencia de lo que pudiera pensarse, por su relación con el Día de muertos, nada tiene que ver con el México prehispánico o el virreinal, sino con el porfiniano. La calavera Catrina, surge como una caricatura de la alta sociedad del Porfiriato, una obra del grabador José Guadalupe Posada. El nombre de Catrina, viene de la palabra "catrín", que es un hombre elegante, bien vestido y fino; su acompañante femenino es la catrina, lo que convierte a estos personajes, en la imagen clásica de la aristocracia de fines del siglo XIX y principios del XX.
Posada era una artista del pueblo, por eso sus grabados tienen la picardía y sencillez del lenguaje popular mexicano. Al trabajar en periódicos, sus caricaturas de calaveras ridiculizaban la aristocracia y la política porfiriana. Por eso La Catrina, a pesar de ser calavera, no infunde temor sino alegría. Pronto, la sociedad mexicana del siglo XX, adoptaría a la Catrina como imagen viva y chusca de la festividad de sus muertitos. Por lo que no debe confundirse con la lugubre "Santa Muerte", de quien se diferencia por su ropa y personalidad; con Tánatos de la mitología griega o Mictlancícuatl de la mexica, con quienes nada tiene que ver, aunque hayan sido deidades de la muerte.
La Catrina, junto a las calaveras y calaveritas de dulce, son la típica imagen de noviembre, la primera solo es una imagen; las segundas son versos chuscos alusivos a la muerte de alguien, y las terceras caramelos de azúcar que se ponen en los altares dedicados a los muertitos en estos días.
El paso del tiempo y el cada vez más lejano Porfiriato, con sus modas y contradicciones, hicieron que la Catrina fuera realmente imagen o personificación de la muerte ante el recuerdo nostálgico de un ser querido fallecido, cuya existencia ocurrió en una época ajena a la actual. De esta forma, en medio de la burla que el pueblo mexicano hace a la muerte, denota su respeta hacia ella; porque sabe que a fin de cuentas tarde o temprano llega para todos. El Día de muertos no es la fiesta en honor a la muerte, sino una festividad para recordar sanamente a los difuntos, por eso, pese a muchas referencias que pueda tener esta festividad, pudo acoplarse a la Conmemoración de los fieles difuntos, que el Catolicismo celebra en la misma fecha.
Yo muero,
tú falleces,
él sucumbe,
nosotros nos estiramos,
vosotros os petateáis,
ellos se difuntean.