La experiencia de todo lo que hemos vivido, nuestro instinto de supervivencia, nuestra intuición, la motivación e ilusión por lograr lo que deseamos, aquéllo que hemos aprendido… Todo forma parte de nuestra caja de herramientas vital. Es cierto que no siempre, en todo momento, tenemos todos los recursos internos que necesitamos aunque sí tenemos los recursos suficientes para conseguir nuevos recursos internos y externos. Así pues, siempre tenemos a nuestra disposición la caja de herramientas que nos permite superar una circunstancia: bien sea usando los recursos que poseemos para avanzar o para crear nuevos recursos que también nos permitan seguir avanzando.
La metáfora que quiero compartir contigo plasma muy bien este tema:
Dylan era un niño de ocho años que sufría acoso escolar y que, pese a no tener los recursos para solucionar dicha situación, sí tuvo los recursos suficientes para pedirle ayuda a su padre y así saber cómo enfrentarse a sus matones. Entonces, su padre le recomendó que se comportara con mayor firmeza, seguridad y confianza en sí mismo pero… ¡Dylan no sabía cómo hacer eso! Afortunadamente, su padre se dio cuenta de ello y decidió poner de ejemplo al héroe del niño: Superman. Así pues, le propuso al niño hacer un ejercicio muy simple: imaginar cómo se comportaría Superman en dicha situación, imaginar que era él. De esta forma, Dylan encontró una confianza que nunca había sentido y que incidió directamente sobre su comportamiento, su lenguaje corporal y su actitud. Como resultado, los matones desaparecieron y su prestigio se elevó hasta los cielos al acercarse a él otras víctimas que querían aprender a enfrentarse a dicha situación de la misma forma.
¿Vas a seguir esperando o vas a confiar en ti y en esos recursos que ya tienes o que puedes crear para seguir dando pasos hacia tu objetivo?