En Gold Lick, un pequeño pueblo de Oregón, unos adolescentes liberan por error a un ancestral demonio chino, Guan Di, que se dedica a rebanar el pescuezo de todo pueblerino que se le cruza por delante. Uno de los chicos decide pedir ayuda a su actor favorito, que no es otro que Bruce Campbell, quien se tomará el encargo totalmente en broma, hasta que se percata de que la cosa va muy en serio...
En el camino, toda una serie de gags y pequeños homenajes al cine de terror y de serie B (e incluso de serie Z), algunos realmente efectivos (muy bueno el de la motosierra...) y otros que, siendo sinceros no lo son tanto. También merece la pena comentar la presencia de un pluriempleado Ted Raimi interpretando no uno, ni dos, sino ¡tres! personajes distintos, y al pequeño cameo de Ellen Sandweiss, actriz que ya apareciera en Posesión Infernal (Evil Dead). Los efectos especiales se ven imbuidos del aura de serie B que rodea al film y aprueban de forma justa, aunque es de recibo agradecerle a Bruce Campbell la dosis de decapitamientos y mutilaciones varias que encontraremos en el film ya que, no nos olvidemos, ¡al fin y al cabo es una película de terror!
Ted Raimi. 3 en 1
Es entonces cuando debemos reconocer un par de aspectos claves para el resultado final de la película: Bruce Campbell es, de calle, mejor actor que director, y el guión de Mark Verheiden tampoco es que sea para tirar cohetes y tiene unas cuantas lagunas y demasiados altibajos que influyen de manera notable en el ritmo de la película. Aún así, merece la pena echarle un vistazo a esta Posesión Demencial para comprobar lo sano que es la autocrítica y la autoparodia, además de su utilidad para recordar a un actor que, para qué negarlo, fue todo un boom en su época y hoy en dia es un auténtico icono en esto del cine de terror. Abstenerse los que no seaís fans devotos de Bruce Campbell, de su método y de su carrera...