Posicionamiento. El mal ejemplo del aceite de oliva Español

“Made in Italy”. Así sale al mercado el aceite que exporta Italia, aunque de italiano solo tenga la etiqueta. La mayor parte de las exportaciones italianas son mezclas de aceites que proceden de Marruecos, Grecia y, sobre todo, España. Esta práctica ilegal ha provocado que el gran volumen de exportaciones italianas se asocie el aceite de oliva a la marca Italia. La marca Made in Italy en estos momentos es más fuerte que la procedencia o la calidad de su aceite, y ¿Qué ha hecho España? Dejarse robar la cartera fácilmente.Lo cierto es que, más allá de un problema de marketing o comercial, existe un problema político. España es el primer productor y exportador mundial (202.800 toneladas en 2012) y representan más de la mitad de la producción de la Unión Europea y el 40% de la mundial. Y digo político porque dudo de los gestores de la Marca España para posicionar y defender una categoría de producto en un contexto internacional. Me hace gracia la definición que hay en el portal Marca España, donde define su actividad como una política de Estado, cuya eficacia reside en el largo plazo. La garantía de la continuidad del proyecto Marca España es que nazca y se desarrolle fruto del consenso, por encima de cambios políticosClaro que en ese proceso de consenso  vemos como  Italia nos roba el posicionamiento en un mercado que nos caracterizamos por la calidad de nuestra producción, vemos como la UE elimina los derechos de aduana aplicables al aceite de oliva procedente de Marruecos (mucho más baratos y de menos calidad que los aceites españoles), vemos como el mercado americano defiende la calidad del aceite californiano o chileno y pone trabas administrativas a las importaciones del aceite europeo.¿Por que no se deposita la confianza de crear marca en auténticos profesionales del Marketing o de la Comunicación para promocionar España? ¿Por qué los políticos se empeñan en defender sus intereses y no los de la sociedad en general? CONSENSO, que bonita palabra para perder el tiempo… y poco tiempo es lo que tienen las empresas españolas para defender su posicionamiento en el mercado internacional.