Puedo entender queel “banco malo” es una sociedad de gestión de creación pública que se crea con el objetivo de comprar todos los activos tóxicos y problemáticos que tiene la banca para evitar seguir provisionando por esos activos y dejar sus balances limpios.Puedo entender queel “banco malo” es un cortafuego que podría permitir a las entidades bancarias concentrarse en la concesión de créditos (que es la clave para reactivar la economía). Puedo entender queel objetivo del “banco malo” es depositar en un fondo común todos aquellos activos inmobiliarios con poca probabilidad de ser cobrados por los bancos. Puedo entender quela creación de un “banco malo” es habitual para resolver crisis financieras y que Alemania, Suecia e Irlanda ya utilizaron esta fórmula. Puedo entender quela duda que genere en España un “banco malo” gestionado por políticos que pueden especular con el precio de esos activos tóxicos.Pero no puedo entender queesta sociedad pública que tiene que vender activos inmobiliarios se llame “banco malo”.
El Gobierno de España está creando un producto financiero para aliviar los maltrechos estados contables de la banca y así poder facilitar a que estos faciliten el crédito, pero desde el punto de vista de mercado lo está haciendo desastrosamente mal ya que está creando un producto con muchas connotaciones negativas. El desarrollo de un producto exige una conceptualización que facilite su introducción en el mercado, los atributos y la imagen son factores concretos que pueden utilizarse para trasmitir el beneficio de ese “banco malo”.
El “banco malo” nos ofrecerá un producto que en condiciones normales no compraría nadie y que al único cliente que atraería es al que quiere comprar con un fuerte descuento, y si es así, ¿dónde está el beneficio? está claro que dependerá de “qué precio” pagará el "banco malo" por los activos inmobiliarios”. Si paga mucho, generará pérdidas ya que tendrá que volver a vender esos activos durante los próximos 15 años. Y si paga poco, los bancos deberán anotar en sus balances más pérdidas.
En cualquier caso, y dejando aparte las opiniones políticas, lo que está claro es que están creando una sociedad inmobiliaria con una imagen negativa que tiene que vender esos activos tóxicos de los bancos en los próximos años.