No cabe duda alguna de que Israel es un país de contrastes. Un@ lo nota solo con aterrizar a la capital. Ya en Tel Aviv, no solo sus casi 40º hacen inminente la necesidad de pegarse un bañito. Y es que dentro del agua, se está mucho mejor, pues estar tumbad@ tomando el sol en una de sus famosas playas, mientras se está rodeado de jóvenes israelíes en sus toallas abrazados a sus M16 en vez de a sus chic@s, no es de lo más refrescante. En esos 3 años para los chicos y 2 para las chicas de servicio militar obligatorio, jamás se separaran de sus armas. Ni siquiera para salir de copas.
Obviamente y en total contraste, en tierra palestina los security check son el pan de cada día; allí solo “los terroristas” llevan armas. Lee más en:
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