Se trata de la primera película con actores reales cuyo protagonista es un reflexivo animal, consciente de sí mismo y de sus sentimientos –un chimpancé llamado César– que, a través de la mágica e innovadora tecnología desarrollada para Avatar, ofrece una inaudita interpretación llena de emoción e inteligencia. Dicha tecnología permite al público conectar emocionalmente con César y su heroica aventura, narrándose gran parte de la misma desde su punto de vista.
Este trabajo se ve complementado con las excepcionales y extraordinarias dotes del actor Andy Serkis, el artista en técnica de captura de movimientos más famoso del mundo, que llena a César de matices, alma, sabiduría y sentimiento.
Además de presentar estas imágenes fotorrealistas de simios con los que conectas emocionalmente, el contexto de la película resulta inmediatamente familiar e identificable. El Origen del Planeta de los Simios es una historia de orígenes en el sentido más estricto del término. Situada la acción en San Francisco, en la época actual, la película es una moraleja basada en la realidad, una fehaciente combinación de ciencia y ciencia-ficción, donde los experimentos de ingeniería genética que el hombre lleva a cabo, producen el desarrollo de inteligencia en los monos y el comienzo de una guerra por la supremacía.
El productor Dylan Clark ha declarado: "Es una visión contemporánea de la mitología de El planeta de los simios. Es una película de gran espectacularidad, pero que se sustenta en la calidad del relato, las emociones y la profundidad de sus personajes. En el fondo, se trata de una obra basada en los personajes".
El enfoque emocional de la película fue un importante aliciente para actores como John Lithgow. "Es algo muy raro que una gran película de ciencia-ficción se base en las emociones y los conflictos humanos", dice el actor nominado al Oscar. "Me sorprendió la credibilidad emocional del guión. Esta película recoge las expectativas del público y las estimula mentalmente".