Joselito padecía Tetralogía de Fallot extrema. Muy frecuentemente tenía severas crisis de ahogo. Además, su enfermedad le ocasionó un deficiente crecimiento y desarrollo (nótese la deformidad torácica en la fotografía siguiente).
Pero el gran problema no queda ahí. Joselito sufría también de otra malformación congénita, fisura palatina, que dificultaba tremendamente su alimentación y le daba a su rostro un aspecto grotesco. Para corregir quirúrgicamente la fisura palatina primero hay que hacerlo con la malformación cardíaca.
Para operarse del corazón y, posteriormente, de la fisura palatina (y así curarse y tener una buena calidad de vida), Joselito necesitaba una tomografía con contraste bajo anestesia general. El procedimiento era de altísimo riesgo por:
1.- La severidad de la enfermedad cardíaca: un corazón muy proclive a parar deprimido por anestésicos.
2.- La presencia de fisura palatina: una vía aérea difícil de intubar, en caso de emergencia.
3.- Procedimiento fuera del quirófano: sin el personal ni los equipos de sala de operaciones para solucionar rápidamente cualquier complicación.
4.- Paciente ambulatorio: Joselito no se hallaba hospitalizado (eso podría significar una mejor preparación para el procedimiento).
Habían, pues, mil y un motivos "justificados" (pretextos) para suspender la tomografía y librarnos del problema:
-"Mejor que se hospitalice y hacemos la TAC otro día".
-"Es necesario y responsable hacer la TAC con la ayuda de otro anestesiólogo".
-"La TAC no es necesaria -que lo operen de una vez- y se suspende".
-Otros tontos pretextos.
Joselito y su familia estaban ansiosos por solucionar sus males. El anestesiólogo cardiovascular está en total capacidad de contribuir a ello. ¿Cómo podía fallarle? ¿No habría sido criminal suspender la tomografía y así alargar esa agonía de vivir con Tetralogía de Fallot extrema y fisura palatina?
El procedimiento se realizó con éxito y muy pronto Joselito se operará del corazón.
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