Joan Font se encargará de la parte del espectáculo, la escenografía, los personajes que acompañarán a los visitantes, ofreciéndoles bombones, caramelos, merengues... Y Ruiz-Geli levantará un pequeño edificio con piezas comestibles que hará las delicias visuales y comestibles de los asistentes.
Escribá ha diseñado ocho áreas temáticas. Un show a la entrada del recinto dará rienda suelta a la pastelería espectáculo, un apartado dedicado a la historia y conocimiento ofrecerá talleres y cursos con capacidad para entre 1.000 y 2.000. El área de naturaleza, salud y medio ambiente reproducirá una selva en la que no faltarán elefantes de chocolate a escala real y un lago con hipopótamos.
Escribá pretende que este despliegue de fantasía, conocimiento y arte sea su carta de presentación para su entrada en el mercado asiático.