¡Que no va con segundas! Se trata, simplemente, de lo que estoy cocinando hoy. Una advertencia: como soy poco de carne, chorizos, pringues y demás, estas alubias blancas van “sin nada”, como dice mi madre, y qué ricas. Ahí te las dejo, por si te apetece probar. Es un plato sencillo, nutritivo, de fácil preparación y muy barato.
Dejas las alubias en remojo (cantidad, ya tú te lo montas) toda la noche.
Yo cocino este potaje en olla rápida, por lo que la cocción se toma sólo 14 minutos. Pero también se puede hacer en perol tradicional, depende de tus ganas y del tiempo que tengas.
Primero, en la misma olla, con poco aceite de oliva, hago un sofrito de una cebolla grande muy cortada, cuatro dientes de ajo, dos tomates pequeños y un pimiento, todo mezclado.
Cuando el sofrito adquiere textura de confitura, le añado pimentón dulce, nuez moscada, pimienta verde o blanca y –hoy, por ejemplo, no, porque a mis invitados no les va el picante- una guindilla seca.
Lo mezclo todo y le añado –ya escurridas- las alubias, que rehogo durante algo menos de un minuto. Luego las cubro con agua –cubrirlas, nada más- y les pongo sal al gusto. Y, si tengo, acelguitas, que están muy ricas. Además, si te apetece, para espesar el caldito, una patata rota.
Tienes un plato muy rico. Eso sí, los efectos colaterales en explosiones, implosiones y demás están garantizados. ¡Menos mal que no soy de los que tuitean sus gases!