Desde la isla de Martha's Vineyard, en Massachusetts (EE.UU.), donde se encuentra de vacaciones, Obama se jactó de «lo que es capaz de lograr la OTAN con la comunidad internacional cuando “trabajan” juntos», en relación con la avanzada de los insurgentes aglutinados en el Consejo Nacional de Transición, que ocupaban amplias zonas en la capital, según se reportó, en medio del confusión del momento.
«Nuestros pilotos han realizado sus misiones con mucha valentía sin tener una sola tropa de EE.UU. en tierra libia» dijo Obama, y agregó que con ello, la Alianza ha probado ser la «más capaz del mundo con su fortaleza y aviones».
También instruyó a su embajadora ante la ONU, Susan Rice, que solicite al secretario general, Ban Ki-Moon, que la próxima Asamblea General de la ONU, en septiembre, se dedique al apoyo de lo que denominó «la nueva Libia».
El ministro de Información libio, Moussa Ibrahim, denunció que los más recientes bombardeos de la OTAN ocasionaron más de 2 000 muertos entre la población civil, y el mismísimo secretario general de la entidad militarista, Anders Fogh Rasmussen, reveló que varios de los bombardeos se dirigieron con toda intención contra objetivos civiles.
Obama sostuvo que los diplomáticos de los países que conforman la cruzada contra Trípoli seguirán trabajando fuertemente con el CNT. «Mi equipo está en contacto cercano con la OTAN para determinar los pasos a seguir. Trabajamos para que los suministros esenciales lleguen», apuntó.
En ese sentido, el presidente de Francia, Nikolas Sarkozy, y el premier británico, David Cameron, coincidieron en seguir apoyando al CNT. Asimismo, el canciller galo, Alain Juppe, aseguró que la guerra no ha terminado y hay «que estar vigilantes. Es un momento de extrema importancia para nosotros», aseguró.
Entre otras acciones, la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, acordó este lunes con los miembros del Grupo de Contacto sobre Libia, una reunión el jueves en Estambul, para examinar los pasos tras el colapso del Gobierno de Gaddafi y apoyar al CNT, según informó la vocera, Victoria Nuland, quien dijo además que EE.UU. daría al CNT los fondos congelados al Gobierno libio.
En tanto, hasta el cierre de esta edición continuaban los combates entre las tropas del CNT y las fuerzas leales a Gaddafi por el control total de la capital. El propio Obama y fuentes de la oposición libia admitieron que no controlaban algunos sectores, incluido el de Bab al Aziziya, donde se ubica el cuartel general de Gaddafi, así como otras zonas aledañas.
En Trípoli, los rebeldes llegaron a la Plaza Verde, lugar simbólico donde los partidarios del Gobierno solían congregarse para expresarle su apoyo, y la rebautizaron como «Plaza de los Mártires», dijo AFP, en tanto ANSA dio cuenta de cruentos combates cerca del complejo militar de Bab al-Aziziyah, situado a unos cinco kilómetros al sur de la Plaza Verde.
Abdel Hafiz Goga, portavoz del CNT, declaró a la televisión qatarí Al Jazeera que la lucha por conquistar el bunker sería dura, pero aseveró que nadie tendría la posibilidad de huir.
Los opositores armados también instituyeron puestos de control en las entradas de Trípoli para evitar, según dijeron, la salida de uno de los hijos de Gaddafi, Mohammad, quien habría logrado huir este lunes de su arresto con la ayuda de fuerzas gubernamentales, trascendió en medio en medio de versiones divergentes.
Las fuerzas opositoras, que combaten en el este de Trípoli, anunciaron la toma de la localidad de Brega, uno de los enclaves petroleros del país y teatro de duros combates. El control de esa urbe permite a los rebeldes hacerse con el dominio de una importante parte de la producción del crudo y del gas nacional, y les concedería una rica fuente de abastecimiento.
El ministro francés de Defensa, Gérard Longuet, afirmó que aunque los combates persisten, se puede considerar que el régimen de Gaddafi «ha caído», y lo atribuyó a la iniciativa del presidente Nicolas Sarkozy. En una entrevista concedida a la emisora RTL y citada por EFE, el titular reconoció que la movilización de los opositores libios «solo fue posible» porque contaba con el apoyo de la coalición, y particularmente del Ejército francés.
Asimismo, el ministro galo de Asuntos Exteriores, Alain Juppé, dijo que París «quiere seguir con la iniciativa» de las actuaciones en Libia y, al referirse al apoyo dado a la guerra en la nación árabe, contabilizó en un 80 por ciento los esfuerzos galos en el plano militar junto a Italia.
Por su parte, la canciller alemana Angela Merkel celebró la llegada de los opositores armados a Trípoli y se refirió a Gaddafi como «el ex hombre del poder», al tiempo que anunció el interés de varios países en reformar la política y la economía de Libia.
Asimismo, las ministras españolas Trinidad Jiménez, de Asuntos Exteriores y de Cooperación, y Carme Chacón, de Defensa, coincidieron en que el Consejo de Seguridad de la ONU debe adoptar lo antes posible una nueva resolución con respecto a la nueva situación.
Mientras, Rusia demandó respeto a las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Libia y llamó a la comunidad internacional a demostrar responsabilidad y reserva respecto al enfrentamiento en ese país.
Moscú también abogó por la realización de un proceso político luego de las hostilidades, en interés de todos los ciudadanos de Libia y por la conservación de la soberanía, la independencia y la integridad territorial de la nación árabe.
En tanto, la Unión Africana (UA) acordó en su sede de Addis Abeba convocar para el viernes una cumbre de Jefes de Estado de países miembros del ente regional para examinar la actual situación de crisis en Libia. Según PL, se espera que a la reunión asistan los Jefes de Estado de los 15 países del Consejo de Paz y Seguridad de ese organismo regional.
La situación en Libia también será analizada por la Unión Europea, este martes, en una reunión extraordinaria de embajadores de los 27 países miembros que componen el comité político y de seguridad.
*Foto: AP