La primer referencia histórica data del año 421 DC cuando las personas de Padua y Este se refugiaron en allí, huyendo de las invasiones bárbaras. Su población comenzó a crecer a partir del siglo noveno, convirtiéndola en un pequeño estado. Luego, en 1379, bajo el ataque de la flota genovesa, sus pobladores fueron trasladados a Giudecca, y el gobierno Veneciano construyo una fortificación llamada “el octágono” –el cual existe hasta el presente-.
Locura Sobre Mas Locura
Oscura, putrea, maldita y plagada de historias de extraños sucesos, la isla permaneció deshabitada hasta 1922, cuando se decidió construir, sobre el horror y locura sepultados en su matriz, un psiquiátrico y un campanario. Por supuesto, ambas edificaciones están en pie hoy en día y se las puede ver desde la costa de Lido.
Al poco tiempo de inaugurado, la atmósfera viciada de maldad y la condición de los pacientes, mostró los primeros signos de una realidad mas allá de todo raciocinio. Ellos, en su estado de percepción alterada aducían ver espectros de antaño y actividad paranormal, pero –como era de esperar- los médicos y el personal ignoraron sus palabras. La situación no tardo en empeorar ya que el director de la institución comenzó a llevar a cabo los experimentos psiquiátricos –ya de moda en esa época- en los cuales se sometía a los pacientes a las mas horrendas vejaciones, torturas y procedimientos quirúrgicos en pos de la búsqueda de una cura a sus enfermedades.
Tras la muerte del doctor, el psiquiátrico fue cerrado y la isla abandonada completamente hasta que en 1960, el gobierno decidió venderla… quizás en un vano intento de dejar atrás la terrible historia que su suelo, edificios y aguas albergan.