"Powers" tiene ya unos cuantos años, de hecho, en USA empezó a publicarse en el año 2000 y, si no ando equivocado, a España llegó un poco más tarde. Era el año 2002. Por aquel entonces yo no había escuchado jamás los nombres de sus autores: Brian Michael Bendis y Michael Avon Oeming. Hoy en día esos dos tipos, que para mí eran desconocidos, son dos peces gordos en el mundillo del cómic, sobre todo Bendis. Ya han transcurrido mogollón de años y "Powers" sigue con vida, fiel a su estilo, tanto en el guión como en el trazo.
A algunos quizás os suene más por la serie que estrenaron en 2015 bajo el mismo título y que, por lo que he podido oír de algunos colegas y leer en algunas páginas web, poco o nada tiene que ver con el cómic. No la he visto, así que no puedo opinar, pero con lo que me ha llegado sobre ella... dudo que le dé una oportunidad.
Además, nada sería lo mismo sin el dúo de protagonistas: Christian Walker y Deena Pilgrim, detectives del departamento de homicidios especializado en superhéroes. Una pareja bastante peculiar, tanto en lo físico, como en su carácter y en el modo de afrontar las situaciones... pero funcionan y con eso no me refiero a si logran resolver los casos. Es una pareja que funciona perfectamente para el lector: su relación personal y los consiguientes diálogos resultan interesantes, frescos y divertidos.
Bendis y Oeming tienen plena libertad a la hora de desarrollar las historias y cómo explicarlas, sin demasiados tapujos y el hecho de que el enfoque y punto de partida de la serie sea novedoso, convierte a "Powers" en un producto singular. Ojo, con esto no estoy diciendo que sea una obra maestra o que cada número de la serie merezca ovaciones cerradas, simplemente quiero decir que se trata de un cómic interesante, entretenido, con un trabajo gráfico atractivo y que aporta un soplo de aire fresco al género superheroico.
Brian M. Bendis es fiel a su concepto del superhéroe, restándole ese toque de glamour y el aura de divinidad, para volverlos más mundanos y terrenales, sacando a relucir sus defectos, debilidades e incluso su lado más oscuro. Así que los humaniza, siguen siendo sobrehumanos, pero nos enseña que tienen mierda bajo la alfombra... como casi todos. Por su parte, Michael A. Oeming aporta su peculiar estilo, próximo al cartoon, y utilizando los claroscuros y las sombras con bastante acierto, tal vez no sea el mejor artista del mundillo, puede que no guste demasiado, pero a mí me parece un estilo muy efectivo, con regusto cinematográfico y apropiado para "Powers".
El cómic resulta próximo, por la fluidez de los diálogos, porque son cotidianos, porque los personajes terminan hablando posiblemente como hablarías tú con algún colega y porque además tienen un punto ingenioso y un humor negro latente.
Espero que lo disfrutéis, salud!
VALORACIÓN: 7'5/10