Tras los inmensos "The Number Of The Beast" de 1982 y "Piece Of Mind" de 1983, la cuestión era saber si Iron Maiden iban a ser capaces de nuevo de facturar música de semejante calibre.
"The Number Of The Beast" había sido el inicio de un cambio de dirección en el sonido de la banda encaminado a la composición de complejas obras maestras, y "Piece Of Mind" parecía destinado a la culminación de aquel giro.
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