Ruta circular que remonta el barranco de San Martín hasta la cascada del Confesionario por el cauce del río Sieste (Huesca). Después nos dirigimos al despoblado de Morcat y, de allí, regresamos de nuevo al aparcamiento de las Pozas de San Martín.
Desde Aínsa tomamos la carretera N-260 en dirección a Sieste. Dejamos atrás esta población y proseguimos, durante 4 km, por una estrecha carretera asfaltada hasta llegar al aparcamiento de las Pozas de San Martín. En este punto hay un panel informativo de la ruta a seguir.
Dejamos el coche y empezamos a andar. Cruzamos el río Sieste y, en diez minutos, llegamos a la zona de las Pozas de San Martín. Se trata de una sucesión de pequeñas pozas que el curso del agua ha ido erosionando sobre el lecho rocoso del río Sieste.
Mientras remontábamos el río Sieste encontramos una pequeña serpiente de agua.
Tras recorrer las pozas nos encontramos una bifurcación señalizada con dos opciones para llegar a la cascada del Confesionario: por la senda o a través del río. Nosotros optamos por la segunda opción (Confesionario por cauce) y seguimos río arriba hasta la cascada que desemboca en la Poza de Chinchirigoy, donde una parte de esta poza está cubierta por una cueva.
Para seguir nuestra ruta hay que retroceder y tomar una senda que sube por la derecha. Este camino nos deja en la cabecera de la cascada de la Poza Chinchirigoy, que coincide con la desembocadura del Barranco Fondo. Subimos un poco más por el amplio cauce del Barranco San Martín, es el que baja a nuestra izquierda, y pronto nos situaremos ante la Cascada del Confesionario donde el agua cae más de 50 metros.
Para continuar la ruta hay que retroceder unos metros y volver a la desembocadura del Barranco Fondo. Allí hay un hito, en la orilla izquierda, que marca el inicio de una pequeña senda que remonta este barranco. Vamos ganamos altura de forma progresiva describiendo zigzags para situarnos sobre el barranco.
Seguimos el sendero hasta encontrar unos paneles indicativos hacia el despoblado de Morcat. Llegamos al pueblo abandonado tras una larga subida.
El pueblo, formado por cinco casas más la iglesia, quedó deshabitado en los años 70.
Lo que más destaca en Morcat es la gran torre de la iglesia de Santa María, de finales del siglo XI y de estilo románico. Se encuentra en muy mal estado de conservación.
Regresamos al aparcamiento de las Pozas de San Martín por el Camino de Morcat hasta enlazar con una pista. Tenemos delante un cartel hacia San Velián. Nosotros continuamos, a la izquierda, hasta encontrar un sendero, a la derecha, que baja directamente a las Pozas de San Martín. Este camino está señalizado con un cartel, por lo que lo encontraréis fácilmente.