Pozos para poder ir a la escuela

Por Iñaki Iñaki Alegria @InyakiAlegria

Hiwot no puede ir al colegio.

“Al tener que pasarme todo el día buscando agua y comida no puedo dedicarme a ir al colegio. Debo cuidar de mi familia y no me puedo permitir el privilegio de estudiar.”

Le pregunto si le podemos pagar el coste de la escuela para que así pueda ir, me responde dejándome sin palabras ante la aplastante crudez de la realidad:

“Necesitamos pozos para poder ir al colegio.”

“Hasta que no tengamos pozos no podremos estudiar, mi familia y yo primero tenems que poder beber.”

Hiwot es la niña de la familia, obligada a ser heroína cuando sólo quiere ser niña e ir al colegio para poder estudiar.

Nos hemos acostumbrado a beber esta agua. Sabemos que no es buena, pero el agua sana se encuentra muy lejos y no tenemos animales para poder transportarla, solo estamos nosotras.” Nos cuenta Hiwot, haciendo referencia al agua que se encuentra en la ciudad, sabe que es mejor, pero no puede transportar a sus espaldas día tras día el peso del agua.

Una imagen vale más que mil palabras,  no podemos tolerar que niños y niñas sigan sin tener acceso a agua potable.

El agua, fuente de vida y de enfermedades. El agua que tanto hidrata y tanto más deshidrata.

Por desgracia el caso de Hiwot no es aislado, hay muchas niñas como Hiwot, Nassaneth, Meskerem que días tras día caminan quilómetros descalzas para alcanzar la fuente del agua, para luego volver por los mismos quilómetros descalzas con el peso de bidones de agua sobre sus pequeñas espaldas, agotadas, con dolor de espalda, pero sobretodo de corazón por saber que mañana será igual, y el mes siguiente, y así día tras día, sin tener una ventana abierta al futuro.

Llueva o haga sol, se caiga el cielo sobre la tierra o el sol queme la roja tierra, las niñas y mujeres, puntuales, no faltan a la cita de la esclavitud. Allí, también sin moverse resta esperando el pozo o fuente que tras tanto esfuerzo de las féminas tan solo es capaz de ofrecerles agua contaminada por microorganismos varios como bacteriasprotozoos y huevos de helmintos.

Esta agua saciará la sed de la familia, pero en muchos casos desencadenará una mayor pérdida de agua a través de diarreas cuando los microorganismos empiecen a reproducirse en el interior de los cuerpos.

Esta agua es pan para hoy y hambre para mañana, o mejor dicho, la sed que hoy saciará, mañana matará.

Contaminada el agua, y también el interior del inconfundible bidón amarillo, que por dentro más que amarillo es ya marrón. Allí irá el agua.

A día de hoy, en pleno siglo XXI, todavía una gran parte de la población mundial sigue sin tener acceso al agua potable. Esto tiene que pasar a la historia, para ello pasemos a la acción, porque en caso contrario lo único que pasa el tiempo y sus vidas ante nuestra pasividad.