Hay trabajos que no lo son, o que son al mismo tiempo un disfrute. Hay cosas que según quién te las diga tienen más valor.
Paco y Paula fueron para nosotros unos novios muy especiales. Sabían lo que querían, y no era cualquier cosa. Tienen un gusto exigente, por eso que quisieran que le hiciera fotos a su bebé significaba mucho para mí (sobre todo, presión!)
Me he cansado de deciros y enseñaros lo guapos que son por fuera, pero me gustaría que supierais que también lo son por dentro, que en estos años "desde que los casamos" no hemos perdido el contacto y que están al tanto de nuestras aventuras y desventuras.
Cuando estás con ellos, sientes que estás ante un tándem perfecto, una pareja compacta a la que da gusto mirar. Y el fruto de ese P+P que sumamos hace años no podía ser otra cosa que precioso.
El pequeño Fran me deslumbró a mí casi tanto como a él las lucecitas de Navidad.
Fue divertido ponerle a posar con sus peluches. Cuando conseguíamos que uno se sentara, el otro se caía... :)
Seguro que habréis visto estas secuencias por ahí. Me gustaría citar a la persona a la que se le ocurrió, pero ya nos hemos copiado tantos que no sé de quién fue la idea original. Desde luego, es sencilla y vistosa, y creo que en la habitación del peque puede quedar genial.
El gorro de aviador ya le gustó menos, y eso que está para comérselo con él.
Otra idea que, con poco atrezzo, creo que resulta bastante bien.
Os decía al principio que hay trabajo que es disfrute, como reencontrarse con esta pareja y conocer a su retoño, y que hay cosas que según quién las dice las otorgamos más valor. Bueno, pues es que entre cambio y cambio, charlábamos sobre nuestras peripecias vitales y profesionales. Paco dijo que teníamos que retomar Peripecia García (que no es que no esté operativa, ni mucho menos, pero estamos con otros proyectos entre manos). Y eso, dicho por él, que fue quien nos encontró y eligió significa mucho, ¡muchísimo! Tanto que desde esa mañana de sábado resuenan sus palabras en mi cabeza.
Mirad qué cara. De verdad que no sé cómo transmitiros el sentimiento de acompañar a una pareja en su boda y retratar, tiempo después, a su hijo. Que no, que no tengo palabras.
Millones de gracias a Paco y a Paula por este nuevo momento compartido. Ojalá vengan muchos más.