Uno a estas alturas podría pensar que el PP ha aprendido algo de la lección del accidente del metro de Valencia. Pero no. Ahí teníamos al cínico de Rafael Hernando, con una sonrisa que reforzaba su cinismo, calificando de miserables a los que pretenden "remover" la tragedia. Miserables son los que con su voto permiten que la verdad siga oculta. Miserables son los que recortan en seguridad por atender partida presupuestarias menos necesarias (por no hablar del dinero que se pierde, robado o malversado). Miserable es la clase política que nos gobierna. A veces pienso que son psicópatas incapaces de sentir el dolor ajeno. Pero en realidad son miserables y cínicos a los que solo mueve el ansia de poder y dinero, sin importar a quien dañen.
Frente a ese cinismo está la lucha, el ejemplo y la dignidad de las víctimas.
Pasó con las víctimas del metro de Valencia y pasa ahora con las del Alvia (dos accidentesgemelos hasta en esto). Las vvíctimas podrán ser expulsadas de la casa de la representación del pueblo, de la casa de (en teoría) todos. Pero no podrá callarlas. La razón las asiste. Algún día se hará Justicia, le duela a quien le duela y caiga quien caiga.