¿Practicas el turismo sostenible?

Por Ecointeligencia @ecointeligencia

Cuando se mezclan las preocupaciones sobre el impacto del turismo con la aparición y el crecimiento del segmento de consumo que se conoce como LOHAS, surge un nuevo concepto, el turismo orientado a la sostenibilidad, también denominado turismo sostenible.

El turismo sostenible está llamado a convertirse en un segmento clave de crecimiento en el mercado mundial. Esta tendencia se asocia con lo que se conoce como ecoturismo o turismo orientado a la naturaleza, que creció rápidamente durante los años 80 del pasado siglo, aunque es un concepto más amplio que considera un programa de sostenibilidad más extenso a través de lo que se conoce como turismo responsable.

Según aparece en la Declaración de Ciudad del Cabo de 2002, el turismo responsable:

  • Minimiza los impactos negativos económicos, ambientales y sociales
  • Genera mayores beneficios económicos para los habitantes locales y mejora el bienestar de las comunidades de acogida, mejora las condiciones de trabajo y el acceso a la industria
  • Involucra a la población local en las decisiones que afectan a sus vidas y les da nuevas oportunidades
  • Hace contribuciones positivas a la conservación del patrimonio natural y cultural, con el mantenimiento de la diversidad del mundo
  • Proporciona experiencias más agradables a los turistas a través de más conexiones significativas con la población local, y con un mejor conocimiento de los problemas locales culturales, sociales y ambientales.
  • Proporciona acceso para personas con movilidad reducida
  • Es culturalmente sensible, genera respeto entre turistas y anfitriones y construye el orgullo y la confianza local

La etiqueta de ecoturismo es la que se ha consolidado, en gran medida debido a que este tipo de turismo se orienta principalmente a visitar enclaves de gran belleza y valor ecológico.

La crisis actual ha presionado a los operadores turísticos generalistas, mientras que el ecoturismo se ha mantenido como un sector boyante

Los operadores de ecoturismo se enfrentan con el equilibrio de construir un negocio sin destruir los recursos ambientales y culturales que dan lugar a su fundamento. Necesitan la ayuda de nosotros, los turistas, para evitar daños en el medio ambiente y en la generación de buenas relaciones con las poblaciones locales.

Un país que fue pionero en el desarrollo del ecoturismo es Costa Rica. Con cerca de 1 millón de turistas cada año y siendo el turismo el segundo sector que más contribuye a su economía, a menudo se presenta a esta nación como ejemplo de combinación de riqueza ecológica y belleza natural. Gran parte del desarrollo de esta industria del ecoturismo ha sido liderado por su gobierno en un intento de combatir la desforestación y otras formas de degradación ambiental.

Uno de los aspectos clave del ecoturismo en Costa Rica es el desarrollo de los ecolodges, alojamientos turísticos que se suelen ubicar en el interior o cercanías de los parques nacionales. Muchos de estos establecimientos son relativamente pequeños, ofrecen turismo de aventura y, a menudo están basados en la comunidad para atender a sus visitantes que suelen apasionados del medio ambiente.

Sin embargo, el ecoturismo, en su vertiente medioambiental, y el turismo sostenible, en un concepto más amplio, no están exento de controversias. Muchos expertos concluyen que desarrollar una industria turística alrededor de recursos de alto valor ecológico o cultural acaba por destruirlos o desvirtuarlos. Se suele argumentar que el único turista responsable es el que se queda en su casa.

A su favor, el turismo sostenible representa a veces una manera de preservar recursos que de otra forma desaparecerían si los turistas no aportaran ingresos a las comunidades que los acogen.

La clave del comportamiento sostenible del visitante se debe ajustar a la regla del turista responsable:

No tomes nada más que fotos; no dejes nada más que tus huellas; no mates nada más que el tiempo