Praga es historia y arquitectura. La ciudad vieja, con su plaza como centro neurálgico, el reloj astronómico, las agujas de la iglesia Týn...Las empinadas calles de Malá Strana y sus fantásticamente conservados edificios neorrenacentistas y art noveau...El castillo, con todo el esplendor gótico de la catedral de San Vito, la magnificencia del palacio antiguo, los maravillosos jardines...El puente de Carlos, que lleva desde el siglo XV viendo cruzar a diario a miles de personas...
Por otro lado, es casi imposible hablar de Praga y no pensar en su cerveza. Actualmente la República Checa es el primer consumidor mundial de cerveza, que se elabora en unas 50 fábricas industriales y al menos 21 cervecerías-restaurantes. Es más fácil y más barato beber una cerveza que un botellín de agua en Praga, por lo que lo más inteligente (si además te encanta la cerveza como es mi caso) es dejarse llevar. Pude probar hasta 5 marcas de cerveza, de las cuales recuerdo como para comentar 4 de las más conocidas. La cerveza más consumida en la República Checa es la Pilsner Urquell, una cerveza tipo pilsen de intenso color dorado, espuma densa y persistente, aromas claros a cebada y algo floral; con cuerpo, sabor intenso, buen amargor y persistencia media. La cerveza del día a día, que sustituyó a casi cualquier otra bebida, salvo en el desayuno, durante todo el viaje. Otra cerveza que probé fue la impronunciable Velkopopovický Kozel, una lager negra muy buena. Color tostado no muy oscuro con espuma densa; aromas intensos a malta tostada y toques de caramelo; en boca es de cuerpo medio, con un toque dulzón y un final que me hizo recordó a los whiskies de malta. Rica, pero que puede cansar. La Gambrinus es una cerveza pilsen, de color rubio claro, aromas suaves a buena cerveza, no muy amarga y de duración corta. No está mal para tomar una o dos. Por último, la que para mi es quizá la mejor cerveza checa, la Budweiser Budwar, una lager amarillo dorado brillante, con espuma persistente, aromas suaves a malta y un delicioso y suave amargor, con una persistencia media. Una cerveza de la que me podría beber litros, me encanta.