Misterioso, así aparece el gueto judío en pleno centro de la ciudad de Praga. Y el Antiguo Cementerio Judío, que sin duda resulta sobrecogedor, ha perdurado desde hace más de seiscientos años. A este cementerio no se le permitió seguir creciendo en extensión a lo largo de los años con lo que tuvieron que buscar soluciones para enterrar los cuerpos según la tradición judía, que dicta que no se deben mover, trasladar o acabar con los enterramientos, por muy antiguos que éstos sean. El hecho que desde el siglo XVII las autoridades de la ciudad obligaran a enterrar a las personas judías sólo en este antiguo cementerio hizo que unos cuerpos se inhumaran unos encima de otros hasta formar en ocasiones más de doce personas apiladas unas encima de otras.
Hoy en día hay miles de lápidas amontonadas y según algunas estimaciones se cree que en el Cementerio Judío de Praga puede haber más de cien mil personas enterradas. De todas estas lápidas hay algunas a las que se les presta especial atención, aunque también sucede con otras muchas. Nos llamó la atención la colocación de piedras encima de las lápidas, e incluso de monedas metidas en ranuras de las mismas, y quise saber cual era la explicación de estas conductas. Al parecer la tradición marca la colocación de una piedra sobre la lápida cuando se visita una tumba como símbolo de respeto hacia el familiar o amigo al que se visita. Como explicación más aceptada está el hecho que la colocación de una "piedrecilla" sobre la tumba marca el número de visitas del difunto y con ello que no ha sido olvidado su recuerdo. Los papelillos doblados en las grietas de las lápidas llevan oraciones y plegarias, y en ocasiones deseos esperando que se cumplan. Lo mismo que ocurre de manera más masiva y generalizada en el Muro de las Lamentaciones de Jerusalen.
La Sinagoga Klausen está situada a la salida del Cementerio Judío. Esta sinagoga, construida al finalizar el siglo XVII tras el incendio que sufrió el gueto judío, alberga en su interior una gran colección de textos hebreos. Forma parte del circuito de las seis sinagogas del Barrio de Josefov.
La Sinagoga Klausen se creó por la necesidad constante por parte de la comunidad judía de ampliar el antiguo cementerio. El edificio, construido en una sola nave, se dedicó a diferentes menesteres según la planta. La primera se dedicó a la enseñanza de los rabinos mientras la superiores fueron dedicadas a oración o abluciones.
Monumento homenaje a Franz Kafka en el gueto judío
La sinagoga española es la más bella de las sinagogas de Praga. Su colorido interior, la decoración de paredes y bóvedas con motivos geométricos orientales y sus vidrieras que dejan pasar la cálida luz del verano de Praga hacen de ella una visita imprescindible. Su estilo de construcción es mudéjar español y fue levantada a mediados del siglo XIX.
Tras dedicar gran parte de la mañana y casi toda la tarde a recorrer el Barrio de Josefov fuimos regresando al centro antiguo de Praga. El paseo nos llevó por calles adornadas de elegantes edificios barrocos donde resultaba difícil apartar la vista de ellos. Así hasta regresar otra vez a la maravillosa Plaza de la Ciudad Vieja, una constante en los cinco días que permanecimos en Praga.
Una de las cosas más significativas al caer la tarde sobre la ciudad de Praga es el cambio de coloración que experimentan sus edificios, tornándose en un color ocre dorado totalmente cautivador. Y es que la luz en Praga es muy especial al caer el sol y crea un atmósfera sosegada y maravillosa. Además sobre las viejas piedras de la Iglesia de Nuestra Señora de Tyn este cambio aún es más intenso.
Praga presume de tener una gran colección de esculturas distribuidas a lo largo de toda la ciudad. Son sin duda un gran atractivo para los turistas y contribuyen a embellecerla aún más. En una de las calles de la ciudad -la calle Husova- cuelga de un larguero una estatua de Sigmund Freud, el padre del Psicoanálisis, que se aferra al mismo con una mano mientras que la otra permanece metida en el bolsillo del pantalón. Su significado lo desconozco, viniendo de Freud será complicado cuando menos, pero es fácil que pase desapercibida si no se conoce su ubicación. El Teatro estatal de Praga se construyó en 1783 en estilo neoclásico. En él estreno Mozart su ópera Don Giovanni cinco años más tarde. Junto al teatro la estatua del comendador.
Había sido un día muy intenso y ya pedíamos a gritos sentarnos a cenar. En el entorno de la calle Husova hay un buen número de restaurantes donde poder elegir. Nosotros nos decantamos por una taberna especializada en asados y cuyas mesas se encontraban casi a plena ocupación, un buen indicio de que el lugar no debía ser malo. Nos conformamos con dos contundentes platos de la poco variada gastronomía checa, cerdo con chucrut, pasteles de patata y pan para Ceci y para mi medio pato asado acompañado de chucrut y puré. Casi "na".