En la calle Nerudova, larga, empinada, me encuentro pronto con el monasterio de Strahov o Strahovsky Klaster. Estoy en un enclave arbolado desde el cual puedo beneficiarme de unas asombrosas vistas de la ciudad. Penetro en una estructura blanca con bonitas molduras y una ristra imponente de salas barrocas, pinturas, gótico y rococó conviviendo en perfecta simbiosis. Si te sacas la Prague Card tienes acceso a 50 monumentos de Praga y transportes gratis. Sigo pues en Strahov. He pagado 100 coronas y un permiso extra de 50 para que me permitan hacer fotos.
Una de las joyas del lugar es la biblioteca Strahov. Es una de esas bibliotecas como de película de aventuras: solera, libros titánicos que destilan sabiduría acumulada durante años y años. Enormes estantes y librerías ornamentadas acumulan el saber del Hombre. Es preciosa la sala de teología, con sus techos pintados y esa aura que emana longevos secretos. Es como de otro mundo la sala de la filosofía, con ese techo con molduras blancas y pinturas, cientos de libros y unos magníficos globos terráqueos que parecen recién desembalados.
Abandonó este lugar para adentrarme ahora en la iglesia de Nuestra Señora de Loreto, que también es magnífica y también me piden 100 coronas más el permiso de foto, 50 coronas. Me esperan alucinante pinturas, molduras y una legión casi siniestra y pérfida de ángeles con sobrepeso en un universo de piedra barroca y rococó.