Praha praga i

Por Orlando Tunnermann




Hablar de Praga es entrar en un cuadro pictórico de excelencia sobrenatural y sin parangón. A riesgo de parecer hiperbólico y petulante, esta ciudad se me antoja la más bella del cosmos. Es Praga un museo al aire libre, donde es hermoso hasta el suelo medieval empedrado que pisas...
Tienes la sensación de que cualquier recoveco o calle que escojas esconde un tesoro nuevo a modo de iglesia gótica alucinante, unos edificios de colores y fachadas señoriales... Vas de sorpresa en sorpresa. Praga es una ciudad para recorrer a pie.
Es hermoso todo, incluso esos carteles tan llamativos de las calles, rojos con rótulos blancos. Y qué puedo decir de los tranvías.... Tan románticos, unas mirada retrospectiva con innegable aroma a placer en blanco y negro.
Nada he visto en su gigantesco casco histórico que no sea excelso, sublime. La calle más anónima e intrascendente puede parecerte un milagro inesperado, cuando reparas en esa elegancia impoluta de los edificios, ornamentos y detalles que la elevan a un escalafón descollante y supremo.
Praga es una ciudad viva muy turística, con innumerables locales increíbles, bellísimos, alucinantes para comer, tomar una cerveza, consumir....
Me recuerda un poco el casco viejo a la maravillosa alegría estival de la zona vieja de las regiones del Loire, en Francia: Tours, Blois....


Una atracción alucinante, a ver si copiamos algo de esta preclara iniciativa, es la que ofrecen en las iglesias, que son una maravilla.Me refiero a los conciertos de música clásica. Es un dinero bien empleado, unas 400 coronas aproximadamente o por lo general. Así debe sonar la música celestial. Cierra los ojos y siente la música fluir. Observa a los músicos, sus gestos, ese estado de trance que les subyuga mientras interpretan, mientras se funden en el infinito de la sonoridad.Imprescindible es acudir al Teatro negro, un espectáculo único de dibujos animados, marionetas, títeres, trucos, efectos teatrales, juegos de sombras y mucha imaginación, fascinación en estado puro. Se ofrece a diario a las 19:00 Y a las 21:30 en la recomendable calle Karlova 8.
El precio es de 720 coronas. Verás un espectáculo vernáculo donde predomina el color negro escénico. Magníficas interpretaciones, mímica en estado puro, actores que interactúan con efectos de sonido y luz, un espectáculo extravagante, único pero magistral que no te deja indiferente.
El apasionante periplo por la ciudad de la cerveza, las marionetas,  y la escasísima variedad gastronómica, me cuesta horrores ver más allá de las sopas y las carnes, es como in círculo cerrado, me lleva hasta el descubrimiento delicioso del trdnik, una especialidad vernácula de la vieja bohemia que arranca en 1923. Se trata de una especie de bollo con forma de tubo artesanal que se puede rellenar con chocolate, frambuesa, etc. Si lo pruebas, una opción óptima está en Bistro Trdlo, en la recomendable calle Karlova 12.

Dando un agradable paseo arribo al río Moldova, donde como en el río Sena de París, circulan montones de barcos turísticos. Al centro viejo llego en pocos minutos desde la calle preciosa Na Porici. Enseguida estoy en la Plaza de la República o Namesti Republiky.

Animadísimo lugar, buen ambiente, artistas callejeros, terrazas, locales, turistas por doquier. Ya que estás aquí, acércate hasta la Prasna  Brana o Torre de la Pólvora en la calle Celetna. A 65 metros de altura tienes buenas vistas. El precio es de 90 coronas. Se trata de una imponente construcción de estilo gótico tardío construida por Mateo Rejsek.
En su día formaba parte de las murallas allá por el siglo XVI y su función era de atalaya de vigilancia. Si vemos ese color azabache tan afeado es debido a que la Torre de la pólvora se utilizaba como almacén de este explosivo.
Data del siglo XV y marcaba el inicio de la ruta que seguían los reyes para dirigirse hacia su coronación en el castillo. Sin abandonar Celetna, los más morbosos disfrutarán acaso con el horrendo Museo de la tortura.
Piérdete sin miedo por esta joya Patrimonio de la Humanidad desde 1992 degustando las maravillosas calles que te ofrece la zona vieja. Para cambiar dinero, eso es toda una aventura abocada al timo... Yo tuve suerte en la oficina de Na Porici 33, en el cartel rojo es el 1063.
Muy bonita toda la zona que circuye la Plaza de la República, la Casa Municipal o Obecni Dum. Preciosa obra de Art Nouveau construida por A.Balsanek y O.Polivka.
 En general es ilimitada la oferta de recreación sensorial en Stare Mesto o casco viejo.
Chequia, dividida en Bohemia y Moravia, tiene su sede turística, por así decirlo, en Praga, donde todo es hermoso, donde abundan los segways de toda suerte de compañías. En estas plataformas con ruedas es súper fácil y rápido recorrer la ciudad.
Aumenta mi fascinación y no es de extrañar que sea Praga la ciudad con el centro histórico más grande a nivel ecuménico. Muy cómodo es pasear por estas calles de medievo cuando es el 90% peatonal.
Acabo esta primera crónica en la Plaza Wenceslao, ideal para comer. Si ves pasar esos maravillosos Rolls-Royce de principios años 30-40, debes saber que puedes darte un paseo en un tour de 40 minutos por 1200 coronas.
Para gustos, colores... Coches de época a mansalva, todos a disposición del turista que quiere darse un capricho con aire retrospectivo y exclusivo.
Praga es ciudad de músicos. En el casco viejo verás a muchos, todos ellos con un talento increíble, tocando en plena calle para un público entregado que pareciera el que aglutina en sus conciertos la mismísima Madonna.
Cuidado con las oficinas de cambio, pues en muchas te cobran comisiones de infarto. Pregunta primero antes de soltar el dinero. Y para concluir este proemio de Praga, esos semáforos... ¡Date prisa! Se ponen en verde enseguida.
Algo fastidioso es la cantidad ingente de publicidad que te pueden dar en el casco viejo...
Tours en barco, en autobús, locales para comer, conciertos de música clásica en las iglesias...