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Por @edgarvargase
No, no estaba el número 12, mucho menos el 13. Tampoco el 38 ni el 83, ni el 99 ni el 54. Don Shula no estaba en las laterales.
Los Dolfans somos una afición que vive de los recuerdos. Aficionados a un equipo que no llega al SuperBowl desde la temporada 84-85, hace 30 años. Los únicos que han terminado invictos toda la temporada, hace 42 años.
Aficionados a un equipo que en los últimos años se había acostumbrado a la mediocridad, a las malas decisiones, a las pésimas contrataciones. Daunte Culpepper sobre un tal Drew Brees.
Acostumbrados al desprecio de jugadores y entrenadores en activo que no querían ensuciarse yendo a Miami. Ni Peyton Manning ni Jim Harbaugh.
Acostumbrados a jugar a la Dave Wansted. A desperdiciar ventajas holgadas, a perder juegos cerrados. A no ganar. A no luchar.
Pero el domingo este equipo jugó como en los viejos tiempos. Con entrega, con pasión, con coraje.
Knowshon Moreno recibe el primer contacto el gigante Vince Wilfork 3 yardas atrás de la línea de golpeo, en la yarda 7 de New England, pero se escapa para arrollar a 3 Patriotas y entrar a la zona de anotación.
No fueron sus 134 yardas terrestres, o las dos capturas de Wake, ni los 2 pases de TD de Tannehill, fue recuperarse a la lesión de sus 3 LB, a 3 balones perdidos y una desventaja de 13 puntos al medio tiempo.
Los Dolphins dominaron mental y físicamente a los odiados Patriots. Aquellos que en el 85-86 nos quitaron nuestra última oportunidad real de llegar a un SuperBowl, venciéndonos en casa en la final de conferencia para luego perder con los Chicago Bears, que aquella temporada arrasaron con la liga perdiendo solo un juego de temporada regular… contra Miami.
Los odiados Patriots que temporada tras temporada, desde la partida de Dan Marino y la llegada de Tom Brady (hace 15 años), nos humillaban.
El domingo los Dolphins no fueron más ese equipo, al menos por este domingo.
Sí, sé que es solo un juego ¡Pero qué juego!
Sé también que esto no quiere decir que vayamos a acabar con la sequía de campeonatos, quizás ni de playoffs.
Pero si ver jugar a los Dolphins como lo han hecho en los últimos años es señal de un domingo cualquiera, este no, no fue Un Domingo Cualquiera.