Precauciones en la verbena de San Juan (cohetes y petardos)

Por Bebemon

Llega San Juan y como todos los años tanto pequeños como grandes pueden disfrutar de la verbena con todo el jolgorio que comporta. Un ambiente muy festivo que también se llena del ruido de los cohetes y petardos que se lanzan como tradición.

 

Ante los petardos los niños responderán según hayan vivido fiestas en las que se hagan fuegos artificiales o se tiren petardos. Si no se les inculca el miedo llegan a disfrutar como camellos. Y, lo peligroso, es que llegan a perderles el respeto.

Muchos son los inconscientes que permiten a sus niños jugar con pólvora sin ningún tipo de control provocando que muchas veces acaben en los hospitales con quemaduras graves y problemas de audición entre otras lesiones.

Es por ello que cada vez se intenta concienciar más de este problema desde las asociaciones y entidades. Defienden la utilización de cohetes pero con precaución y educación. Una de las propuestas que se está planteando es subir la edad mínima de tirar cohetes y petardos de 8 años a 12…

Unos buenos consejos:

  • La educación en casa sobre los riesgos del fuego es fundamental. Basta con decir a los niños que pueden sufrir quemaduras o incluso perder un dedo o un ojo (duro, pero es así) y lo entenderán.
  • Está prohibida la venta de petardos a menores de 12 años.  Es aconsejable que los padres acompañen a sus hijos en esta compra incluso por encima de esta edad, para evitar la tentación de los más traviesos de probar “algunos de los gordos”
  • Hay tres categorías según la edad: Categoría I (edad mínima de uso doce años); Categoría II (16 años) y Categoría III (18 años). Conviene respetarlas por su seguridad y salud. Los padres tienen responsabilidades legales sobre sus hijos si se producen daños por su negligencia.
  • Asegurarse de que los productos comprados están en buen estado, sin señales de deterioro
  • Para encender los petardos, los niños deben utilizar las mechas que venden en los kioskos.
  • No encenderlos aguantándolos con las manos, es más seguro colocarlos en el suelo y lejos de la cara y las manos
  • El uso de petardos, cohetes y fuentes de luz debe estar supervisado por adultos. Todos conocemos también esos paseos nocturnos de chavales con petardos que acaban reventando buzones, espejos retrovisores de vehículos y papeleras. Nuevamente, al daño, hay que recordar la responsabilidad legal de los padres.
  • No es recomendable guardarlos en los bolsillos, ni llevar mucha cantidad, no tanto porque puedan estallar sino porque el roce y los dobleces puedan hacerlos inseguros en el momento de usarlos
  • Respetar siempre las instrucciones de uso escritas en el embalaje
  • No extraer su contenido ni manipular sus componentes
  • No hacer estallar nunca un petardo que ya ha sido encendido y no ha estallado. Son con diferencia los más peligrosos.
  • Usarlos en un espacio amplio y abierto y a una distancia prudencial de las aglomeraciones
  • No dispararlos contra personas o animales, ni en zonas donde haya vegetación o líquidos inflamables
  • No encenderlos dentro de botellas, latas, contenedores o papeleras porque al explotar pueden producir metralla
  • En caso de quemaduras, lavar con agua fría y no usar pomadas ni lociones. Acudir con rapidez al centro médico con la zona afectada cubierta con una gasa o paño limpio.

En definitiva, diversión con precaución. La noche de San Juan es una excelente excusa para que los niños se despeguen de la televisión, salgan a disfrutar de un rato en familia y alucinen con el espectáculo de luces y sonidos de la verbena.