Inversores también rechazaron el atractivo del metal como refugio seguro, luego de que una lectura para mayo sobre la confianza del consumidor estadounidense tocó máximos de casi seis años, mostrando que los estadounidenses se sienten más confiados en sus finanzas y en las perspectivas económicas.
Los principales índices de acciones estadounidenses se encaminaban a cerrar al alza por cuarta semana consecutiva al tiempo que el dólar se disparó a máximos de cuatro años y medio frente al yen.
El precio al contado del oro bajó el 1.6%, cerca de mínimos de cuatro semanas por debajo de los 1,364 dólares la onza. Los futuros del oro en Estados Unidos para entrega en junio cerraron con baja del 1.6%, a 1,364.70 dólares. En la semana, los valores cayeron más del 5%.
Algunos operadores esperan que la ola vendedora no ceda hasta que el oro pierda entre 200 ó 300 dólares más por onza, impulsándolo a niveles vistos por última vez en el primer trimestre del 2010.
Un trío de funcionarios regionales y pertenecientes al ala dura de la Reserva Federal de Estados Unidos está pidiendo al banco central que deje de comprar bonos respaldados por hipotecas, citando una reciente mejoría en el mercado inmobiliario.
Uno de ellos, John Williams, el presidente de la FED de San Francisco, dijo que el banco podría comenzar a aliviar los estímulos este verano boreal.
Las tasas de interés ultrabajas y cientos de miles de millones de dólares en estímulo por parte de la FED han impulsado los precios del oro y otras materias primas en los últimos 3 años.
Pese a mejores datos económicos en Estados Unidos desde inicios de año, el presidente de la FED, Ben Bernanke, se ha mostrado reacio a quitar el pie del acelerador en cuanto a las medidas de estímulo al sostener que la recuperación ha sido frágil.
En otros metales preciosos, el platino cayó un 1.7%, por debajo de 1,454 dólares la onza. El paladio cotizó estable en 735.50 dólares la onza.
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