“Precious” – Oda a la sordidez

Publicado el 20 febrero 2010 por Cinefagos

Si hay algo que caracteriza a las cintas que compiten por alzarse con la preciada estatuilla a la Mejor Película en la próxima gala de los Oscar 2010, es que son propuestas de lo más eclécticas. Y así la comedia, la ciencia-ficción, el cine bélico o el de animación conviven junto a una historia durísima e incómoda que lleva por título “Precious” (2009).

Basada en el bestseller “Push” de la escritora afroamerica Sapphire, dirigida por el director afroamericano Lee Daniels y producida por la todopoderosa presentadora afroamericana Oprah Winfrey, esta película tiene como protagonista a una adolescente (afroamerica, of course) de 16 años embarazada de su segundo hijo que vive junto a su despótica madre en un cochambroso apartamento del Harlem de 1987.

La joven Clareece Jones es obesa y fea, se la conoce (paradójicamente) como Precious y su vida ha sido de todo menos fácil: ha sufrido los abusos sexuales de su padre (padre, a la sazón, de sus dos hijos, el primero de ellos una niña con Síndrome de Down), debe soportar las continuas humillaciones (físicas y psicológicas) de la impresentable de su madre, la han expulsado del instituto y, encima, descubrirá que…. Eso me lo guardo.

Menudo panorama, ¿no? Visto así nos esperamos un dramón en toda regla y ciertamente lo es, pero el gran acierto de Lee Daniels es relatarnos esta historia tan desgarradora sin sucumbir a la lágrima fácil, aunque no podamos evitar que algo nos revuelva las tripas.

Todo es sucio en “Precious”, todo es sórdido y abominable y, por ello, no nos debe extrañar que la protagonista cierre los ojos y sueñe con una vida paralela en la que es famosa, en la que se viste con ropas caras, en la que un chaval (de muy buen ver) bebe los vientos por ella y en la que, y eso es lo fundamental, la gente la quiere. Y es que Precious sólo necesita ser querida y no sentirse un enorme trozo de carne inservible, calificativo que su madre se encarga de recordarle en cuanto tiene ocasión.

Mary, ese ser despreciable que ejerce de todo menos de madre, ejemplifica lo más ruin y repugnante del género humano. Viviendo a costa de la exigua ayuda que su hija recibe por ser madre soltera, dedica su día a día a ver la televisión, fumar como un carretero e insultar a Precious que debe encargarse de comprar, cocinar y mantener la casa mínimamente limpia.

Cuando la directora del instituto le recomienda a la joven que acuda a una escuela alternativa en la que le enseñarán a leer y escribir, descubrirá un nuevo mundo (lejos de ese hoyo de inmundicia en el que vive), empezará a entender lo que significa la palabra autoestima y, por primera vez en mucho tiempo, se sentirá querida.

 

Si la sombra de Oprah es alargada, no lo es menos la de algunos de los artistas invitados a participar en la película: Mariah Carey (desconocida sin maquillaje y sin lucir sus habituales vestidos ceñidos) como asistenta social nos brinda una actuación nada desdeñable y Lenny Kravitz da vida al enfermero del hospital en el que Precious da a luz a su segundo hijo.

Pero tres son las actrices que soportan el peso de toda la película: la debutante Gabourey Sidibe (nominada en la categoría de Mejor Actriz) encarnando a Precious; Paula Patton (”Déjà vu -2006-, “Reflejos” -2008- o “EL último voto” -2008) como la Sra. Weis, la profesora que ayudará a la adolescente tanto académica como personalmente; y Mo’Nique en el papel de madre. Debo detenerme en esta última (sin desmerecer las actuación de sus dos compañeras de reparto) porque su interpretación es tan soberbia que se ha visto recompensada con el Globo de Oro a la Mejor Actriz Secundaria, el Premio del Sindicato de Actores a la Mejor Actriz de Reparto y su nombre se baraja como una de las más firmes candidatas a obtener el Oscar en el misma categoría.

“Precious” (Premio del Público en San Sebastián y Sundance) es una película notable que adolece de ciertos momentos en los que alguna que otra cosilla puede llegar a chirriarnos (las topicazas compañeras de la escuela alternativa que parecen salidas de “Mentes peligrosas”), pero que consigue contarnos una historia sobrecogedora para que no nos olvidemos que existen personas que sufren más allá de lo inimaginable.

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Briony