Al presente, preciso rasgar mi palabra
confesar toda la apatía oculta
en cada faena.
Pretendo alejarme la embriaguezdel torbellino que desboca en el ímpetu de mi garganta,
transitar por encima de las mutilaciones
de una realidad preconcebidapara deshacerme en la pulcritud de los faros, dejando al libre albedriola observación de mis ojos,sin premisas ni manejos capitulares.
Abandonarme, a propia voluntad,sin los piadosos engañosde las decretadas libertades oficialistasque demarcan la gravedad y el abismo,para iluminarme a plenitud —satisfecho—en la ausencia de consumaciones dictaminadas.
Requiero comprender la luminiscenciade las estrellas muertas, que continúan presentes para ultimarnos la gloria, por la pequeñez de nuestras epopeyas contra las legiones de la finitud.
Hoy necesito adjudicarme la vozde los titanes mitológicos.Requiero los versos más rabiados para emular a Vallejoy salvarme en la espiral audaciade una metáfora.
Pichy