Media hora decidiendo el diseño. Tres horas y media recortando y cosiendo. ¿Para qué? ¡Para convertirme en un superhéroe para la premiere de 'Kick-Ass 2: con un par' en Kinepolis. Y no soy el único: V de Violeta (la superheroína que me acompañó) y yo llegamos a Ciudad de la Imagen un rato antes, cuando todavía no había casi gente esperando. Pero entonces, un rato después, llegan dos soperheroínas de unos sesenta años enfundadas en su traje de bruja. Y esto es sólo el principio: allí nos juntamos todo tipo de héroes, superhéroes y antihéroes con uniformes más o menos trabajados. A nosotros se juntó Muso-Man, ataviado con su súper antifaz. Entonces entramos todos a la sala (tras recibir una revista y consumiciones para una fiesta posterior), repartiéndonos por las butacas, y tras un discurso corto empezó la película.
Su comienzo, con Dave y Mindy, nos deja muy claro lo que vamos a ver durante los ciento tres minutos que dura: humor absurdo y violencia a raudales. Pero ni el humor absurdo ni la violencia tienen el efecto que tuvo la primera película, incluso puede llegar a decepcionar en ciertos momentos. Eso sí, cuando llega el clímax... llega pisando fuerte, con una Hit-Girl que merece una película para ella sola. De las actuaciones no puedo decir gran cosa, ya que la pusieron doblada y así no se pueden apreciar en su conjunto. El director no lo hace mal, pero se echa de menos la dirección Matthew Vaughn. Otra cosa que ha bajado en calidad es la banda sonora, pese a tener muchas canciones muy buenas. Pero claro, Kick-Ass es muy grande en ese sentido. Pese a todo es una película muy entretenida que veré otra vez sin dudar.