¿Preferimos comprar libros o cigarillos? Por George Orwell

Publicado el 23 mayo 2012 por Desequilibros

La idea de que comprar, e incluso leer, libros es un hobby caro más allá del alcance de una persona normal es tan amplia que merece ser examinada con detalle. George Orwell lo hizo en su artículo Books v. Cigarettes, publicado en 1946.
"Si nuestro consumo de libros permanece así de bajo, debemos admitir que la culpa es porque la lectura es un pasatiempo menos apasionante que ir a las carreras de galgos, al cine o al pub, y no es culpa de que los libros, ya sean comprados o prestados, sean demasiado caros". 
Como no hemos encontrado traducción del artículo al castellano, le hemos pedido a Jesse Gray ese favor, al que amablemente ha accedido. Nuestro agradecimiento por el trabajo desinteresado.
La traducción al castellano se ha realizado a partir de la transcripción disponible en Books vs Cigarettes, disponible en george-orwell.org.
La referencia del artículo, que desconocía, la aportó un amable lector que comentó en menéame el anterior apunte Así se hacían los libros en 1947. Interesante coincidencia que reportaje y artículo sean de la misma época.
También hemos incluido al final del apunte la página original del artículo, tal y como se publicó en  Tribune el 8 de febrero de 1946.
------------------------------ Libros vs. Cigarillos
George Orwell Publicado originalmente en  Tribune el 8 de febrero de 1946.
Traducción para DesEquiLIBROS: Jesse Gray.
Hace un par de años, un amigo mío -editor de un periódico- estaba charlando con unos trabajadores de una fábrica. Comenzaron a hablar del periódico, que muchos de ellos leían y aprobaban, pero cuando les preguntó por la sección de literatura, la respuesta que recibió fue: 
- “No creerás que leemos eso, ¿verdad? Porque, la mitad del tiempo habla de libros que cuestan un chelín y seis peniques. La gente como nosotros no podemos permitirnos pagar un chelín y seis peniques en un libro.” 
Estos, dijo, son los mismos hombres que están pensando en gastar varias libras en un viaje de un día a Blackpool.
Esta idea de que comprar, e incluso leer, libros es un hobby caro más allá del alcance de una persona normal es tan amplia que merece ser examinada con más detalle. 
Exactamente cuánto cuesta leer, si hablamos en términos de peniques por hora, es difícil de estimar, pero he comenzado por hacer un inventario de todos mis libros y sumar el valor de todos ellos juntos. Después, añadiendo otros gastos, puedo hacer una valoración aproximada de mis gastos de los últimos quince años.
Los libros que he contado y puesto precio son los que tengo aquí, en mi piso.  Tengo una cantidad similar guardada en otro sitio, así que doblaré la cantidad final para conseguir una cifra más cercana a la realidad.  No he contado los fragmentos, los volúmenes estropeados, las ediciones baratas de tapa blanda, panfletos o revistas, a no ser que estén agrupadas en forma de libro. Tampoco he contado los antiguos y desfasados libros de texto que se acumulan al fondo de las estanterías.  Sólo he contado aquellos libros que he comprado voluntariamente, o que habría adquirido voluntariamente, y que pretendo conservar. 
En esta categoría encontré que tengo 442 libros, adquiridos de la siguiente manera:
Comprados (la mayoría de segunda mano).........  251 Regalos o comprados con vales para libros........    33 Copias de revisión y gratuitas ........................  143 Prestamos nunca devueltos ...........................   10 Actualmente en préstamo.............................    5 Total....................................................... 442
Ahora definiré el método para calcular el precio.  Aquellos libros que he comprado, los he puesto con el precio integro tan exacto como sea capaz de determinar.  También he incluido con su precio íntegro aquellos libros que me fueron regalados, y aquellos que tengo en préstamo actualmente, o que nunca devolví.  Esto lo haré así porque entre libros regalados, prestados y robados se equilibra más o menos.  Es decir, poseo libros que aunque estrictamente no me pertenecen, otras personas poseen libros míos: así que los libros que no haya pagado pueden compensar aquellos que pagué aunque ya no estén a mi disposición.  Por otro lado he incluido las revisiones y las copias gratuitas a mitad de precio. Esta es la cantidad que habría pagado por ellos de segunda mano, ya que la mayoría de ellos sólo los habría comprado de segunda mano, si acaso.  Para los precios he tenido que hacer un ejercicio de adivinación en algunos casos, aunque no creo que estén muy lejos de la realidad. Los costes son los siguientes:
        £   s.   d. Comprados                              36     9     0 Regalos                                   10   10     0 Revisiones, etc.   25   11     9 Préstamos nunca devueltos        4   16     9 Préstamos actuales                    3   10     0 Estanterías   2      0     0 Total                                        82   17    6
Añadiendo la otra mitad de libros que tengo en otro lugar, parece que poseo en total casi 900 libros, a un coste de casi 166 libras. Esta es la acumulación durante quince años, seguramente más, ya que algunos libros los tengo desde la infancia, pero digamos que son quince años. 
Esto nos da un gasto de once libras anuales, aunque hay otros gastos que deberían ser añadidos.  El mayor de estos sería en revistas y periódicos, y para esto creo que 8 libras al año sería una cifra razonable.  Ocho libras anuales cubriría el coste de dos periódicos diarios, una edición vespertina, dos dominicales, una serie semanal y una o dos revistas mensuales. En total sumaría 19 libras, pero para el total uno tiene que hacer una estimación.  Obviamente uno normalmente gasta dinero en libros que no se transforma en ejemplares. Hay suscripciones a bibliotecas, y también Penguin y otras ediciones baratas, que uno compra y acaba perdiendo o tirando.  Sin embargo, basándome en las bases de las otras cantidades, me parece que 6 libras al año será más que suficiente para este tipo de gastos. De esta forma mis gastos totales en lectura durante los últimos quince años han estado cercanos a las 25 libras anuales.
Veinticinco libras al año suena a mucho hasta que empiezas a compararlo con cualquier otro gasto. Son casi 9 chelines y 9 peniques semanales, y hoy en día nueve chelines y nueve peniques son el equivalente de unos 83 cigarros (Players): incluso antes de la guerra serían menos de 200 cigarros. 
Con los precios actuales, gasto mucho más en tabaco de lo que gasto en libros. Fumo seis onzas a la semana, a media corona la onza, sumando casi cuarenta libras al año. Incluso antes de la guerra cuando el mismo tabaco costaba 8 peniques la onza, gastaba más de 10 libras al año en tabaco: y si añado una pinta diaria de cerveza, a seis peniques, ambas cosas juntas me costarían casi 20 libras anuales. Seguramente estas cifras no estén muy alejadas de la media nacional. 
En 1938 la gente de este país gastó casi 10 libras anuales por cabeza en alcohol y tabaco: sin embargo, un 20 por ciento de la población eran niños menores de quince años y otro 40 por ciento mujeres, así que el fumador y bebedor medio seguramente se gastó mucho más de esas 10 libras. 
En 1944, el gasto anual per cápita en esos elementos no fue inferior a 23 libras.  Excluyendo las mujeres y los niños como antes, unas 40 libras parecen una cifra razonable. Cuarenta libras al año pagaría un paquete de Woodbines diario y media pinta de cerveza seis días por semana, sin ser esto una asignación magnifica.  Por supuesto, los precios se han inflado, incluso los precios de los libros: aun así parece razonable el coste de la lectura: incluso comprando libros en lugar de tomarlos prestados y siguiendo un número razonablemente grande de series, sigue sin alcanzar el coste combinado de fumar y beber.
Es difícil establecer una relación entre el precio de los libros y el valor que uno obtiene de ellos. 
En los “libros” incluyendo novelas, poesía, libros de texto, trabajos de referencia, tratados sociológicos y muchos más, la longitud y el precio no se corresponden "uno a otro", especialmente si uno normalmente compra libros de segunda mano. 
Puedes gastar diez chelines en un poema de 500 líneas, o gastar 6 peniques en un diccionario que acabarás consultando un número indeterminado de veces durante veinte años. 
Hay libros que uno lee una y otra vez, libros que se convierten en parte del amueblado mental cambiando la actitud frente a la vida, libros que uno hojea sin llegar nunca a leer, libros que se leen de una sentada y se olvidan a la semana siguiente; y el coste, en términos monetarios, puede ser el mismo en todos los casos. 
Pero si uno considera la lectura como un entretenimiento, como ir al cine, entonces es posible hacer una estimación del coste. Si no lees nada más que novelas y literatura ligera, y compras cada libro que lees, es probable que acabes gastando ocho chelines en el precio del libro, y cuatro horas como el tiempo empleado en leerlo, a dos chelines la hora
Este es el coste de sentarse en uno de los lugares más caros del cine. Si te concentras en libros más serios, y aún compras los libros, los gastos serían similares. Aunque el libro costase más se necesitaría más tiempo para leerlo. 
En cualquier caso se poseerán los libros una vez leídos, y si se pudiesen vender no se obtendría más de un tercio de su valor. Si sólo compramos libros de segunda mano, los gastos en lectura, seguramente, serán inferiores: quizás un chelin por hora sería una estimación razonable. Por otra parte, si no se compran los libros, y simplemente se toman prestados de una biblioteca, los costes de lectura serán de medio penique la hora: si los tomásemos prestados de una biblioteca pública, el coste sería casi nulo.
Creo que he dicho suficiente para mostrar que la lectura es uno de los entretenimientos más baratos: después de escuchar la radio probablemente sea el que más. 
Mientras tanto, ¿cuánto gasta el público británico en libros? No puedo indicar una cifra, aunque sin duda existirán.  Lo que sí sé es que antes de la guerra en este país se publicaban anualmente 15.000 libros, incluyendo reediciones y libros escolares. Si por lo menos 10.000 copias de cada libro se venden -incluso incluyendo los libros escolares, esta es una cifra estimada muy alta- la media que una persona estaría comprando, directa o indirectamente, sería de unos 3 libros al año. Estos tres libros juntos no costarían más de una libra, o incluso menos.
Estas cifras no son más que conjeturas, y estoy más interesado en ver si alguien me puede corregir. 
Pero si mis estimaciones son mínimamente cercanas a la realidad, no es para estar orgullosos en un país cien por cien literario donde el ciudadano medio gasta más en cigarros de lo que gana un campesino indio en toda su vida
Y si nuestro consumo de libros permanece así de bajo, debemos admitir que la culpa es porque la lectura es un pasatiempo menos apasionante que ir a las carreras de galgos, al cine o al pub, y no es culpa de que los libros, ya sean comprados o prestados, sean demasiado caros. 

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