Entre las películas que hoy desembarcan en la cartelera porteña se encuentra Nuestros hijos, versión cinematográfica de La cena que el holandés Herman Koch publicó en 2010. Además de trasladar a la pantalla grande el planteo central de aquella novela corta devenida en best seller (hasta qué punto es posible justificar, excusar, cubrir la falta grave de un hijo propio), el largometraje que Ivano De Matteo filmó a fines de 2013 invita a reflexionar sobre el complejo fenómeno de la violencia más allá del latiguillo mediático de la inseguridad.
De Matteo cautiva la atención del espectador desde el principio de la película, cuando recrea una pelea entre automovilistas en Roma, que -dicho sea de paso- bien podría ocurrir en nuestra Buenos Aires. Con esta suerte de micro-relato salvaje, el realizador se anuncia dueño de una destreza narrativa que nos mantiene siempre en vilo, en parte porque disimula muy bien las delicadas costuras de una trama rica en giros inesperados (vale aclarar por las dudas: giros para nada forzados ni producto de golpes bajos).
A contramano de los fabricantes de cine pre-masticado, el guionista y director romano evita los parlamentos y planos obvios. Es tarea del público hilar los indicios que conducen al interrogante planteado por el mencionado Koch y a otras preguntas que lo exceden. Por ejemplo, aquélla en torno a la hipótesis de que la televisión e Internet contribuyen a engendrar (más) violencia desde el momento en que parecen naturalizarla con la etiqueta Entretenimento, y aquéllas que afloran cuando dejamos de considerar a las clases bajas exclusivo caldo de cultivo de la delincuencia.
Por momentos I nostri ragazzi evoca el recuerdo de otra adaptación cinematográfica de una novela que gira en torno al proceso de descubrirse padre de un adolescente sin ningún respeto por el prójimo: Tenemos que hablar de Kevin, adaptación que Lynne Ramsay hizo en 2011 del libro homónimo de Lionel Shriver. Acaso el tándem De Matteo-Koch sea todavía más incisivo que la dupla anglosajona que lo precedió.
Además del trabajo de re-versión que el realizador hizo con la guionista Valentina Ferlan, cabe destacar las actuaciones de Giovanna Mezzogiorno, Luigi Lo Cascio, Barbora Bobulova, Alessandro Gassman -hijo del gran Vittorio- y los jóvenes Rosabell Laurenti Sellers y Jacopo Olmo Antinori.