Premio al riesgo de Ivanovic, oportunidad perdida para el Madrid

Publicado el 28 mayo 2010 por Toni_delgado @ToniDelgadoG
San Emeterio y Velickovic luchan por un rebote - EFE.

Una de las discusiones más comunes entre aficionados, jugadores y entrenadores de baloncesto es la de cómo actuar ante finales ajustados. ¿Es mejor hacer la personal o defender? ¿Es más acertado buscar la falta o intentar encontrar un triple, una penetración o una canasta tras rebote ofensivo? Ivanovic optó por lo más arriesgado y, a pesar de que el Caja Laboral tenía una personal de margen antes entrar en bonus, ordenó a sus jugadores que no cometiesen. Faltaban poco más de veinte segundos del final, San Emeterio acababa de perder una pelota tan infantil como el partido. Un regalo que recogió Bullock, que se jugó el triple, en una acción en la que muchos rememoraron la canasta de Herreros. Pero Sweet Lou no falló al límite y sería el propio San Emeterio quien se hizo con el rebote. Bullock sí le hizo personal y a tres décimas del final el jugador anotaría el último punto (62-60) para adelantar por 1-0 al Caja Laboral en una eliminatoria de semifinales que se prevé muy competida.
Del amor al odio hay sólo matices, y no hay motivación que el de demostrar que vales donde no te han dado bola. Prigioni centró los principales improperios del Fernando Buesa Arena, que no olvida que uno de sus jugadores más apreciados y significativos forzase sus salida a Madrid al final del curso anterior en una operación en que se incluyó el pase de Oleson a Vitoria, sin que éste llegase a ser presentado. No era del agrado de Messina, que veía prioritario a Prigioni, timón de los visitantes en el parcial inicial de 7-11 (a los 5m 01s) tras un parcial de 0-7. Su base titular daba al Madrid ritmo y confianza, justo de lo que carecían los locales, que reaccionaron con la aportación de tres de sus secundarios: Palacio, Herrmann y Ribas (16-16 al final del primer cuarto). Ya en el último cuarto surgiría Oleson para jugarse algunas de las acciones más comprometidas y meter seis puntos, que en un marcador tan bajo resultaron decisivos. Una dulce venganza del ex jugador del Ayuda en Acción Fuenlabrada ante el técnico que le despreció.
Oleson
también fue el último en cometer personales en el Caja Laboral. Hizo su tercera personal y última del equipo a 1m 16s. Siete segundos después Tomic (10 puntos) metería el 60-58, pero en la acción siguiente, en un error de inexperto, hizo su quinta a Huertas, que fallaría uno de los tiros libres. Con la música de la serie Equipo A comparecieron los equipos tras el tiempo muerto de Messina: canasta de Lavrinovic a 45s (61-60), error y acierto de San Emeterio, entre medias el triple de Bullock y la decisión de Ivanovic.
Garbajosa, discreto
El Madrid fue quien más gobernó un partido caracterizado por el desgobierno y cerrado al descanso por un discreto 26-32. Los visitantes comenzaron con un 0-9 el segundo cuarto y los cinco únicos puntos de Garbajosa, capital en la serie ante Cajasol, discreto en su enésima vuelta a Vitoria, la ciudad en que creció como jugador antes de aterrizar en Treviso y compartir éxitos con Messina. El conjunto blanco, privado de Llull por lesión, se distanció (16-25 a los 12m 15s), pero el Caja Laboral replicó con puntería: Teletovic y Huertas metieron dos triples en un suspiro.
Tan efectivas e infranqueables eran las defensas que Caja Laboral sólo capturó un rebote ofensivo en toda la primera parte y el Madrid no cogió el primero hasta los 20m 55s, en una acción de Velickovic (14 puntos, muy correcto en su posición de 3) que le permitió alcanzar su máxima renta (26-36). A partir de ahí el partido se igualó gracias a la participación de Huertas (12 puntos y cuatro asistencias) y al mayor protagonismo de Splitter (14), bien defendido hasta entonces por Tomic, y San Emeterio (10). Un mate de Herrmann le daría la primera ventaja al Caja Laboral desde el 7-6 del primer cuarto y un dos más uno de Reyes (15 puntos y siete rebotes, de nuevo fundamental en el equipo), el último tanteo a favor a los visitantes, castigados por la electricidad de Huertas y la efectividad de un jugador que durante unos días figuró como compañero suyo. Oleson fue protagonista antes de que Ivanovic decidiese no cometer falta personal. Optó por lo más arriesgado y le salió bien. Para el Madrid oportunidad perdida de revertir el factor cancha.