Pero claro, estoy en bata, con mocos, con fiebre, con ojos llorosos, con pelos de enferma... con unas pintas poco aptas para que corran de bit en bit por la Red, vaya. Y aquí me hallo, tumbadita en la cama, haciendo mi sorteo catarril con el ordenador posado sobre las piernas, el termómetro a un lado y la caja de Kleenex en el otro. Un cuadro, vamos.
En cualquier caso, los virus no serán los que me impidan felicitar a Paco Montesinos por haber ganado el libro de Cristina Padín Barca –generosamente donado por la autora– El Juli, natural(mente).
Gracias a todos los que habéis participado –todo chicos, por otra parte... muy mal por las aficionadas femeninas, que han dejado el pabellón a la altura del Kanfort– y... que Dios reparta suerte para la próxima.