El bogotano.
Por fín un colombiano se acerca a la editorial Anagrama recientemente. Ungar, uno de los Bogotá39, ha sido merecedor del Premio Herralde de Novela, uno de los más prestigiosos en lengua castellana. Se veía venir, dicen. Felicidades al colombiano¡¡¡¡ Una zanahoria voladora para Ungar. La nota en el ABC:
Sus dos primeras novelas ni siquiera están publicadas en España, pero Antonio Ungar (Bogotá, 1974) ha dado un más que decidido paso al frente para hacerse un hueco en el panorama literario estatal tras proclamarse ganador de la XXVIII edición del Premio Herralde de Novela. “La última vez que estuve en Colombia, su nombre que estaba en boca de todo el mundo”, ha asegurado el editor de Anagrama, Jorge Herralde, durante el fallo del premio.
Y ese nombre es el que coge ahora el testigo de Manuel Gutiérrez Aragón, ganador de la pasada edición de este premio galardonado con 18.000 euros, y se suma a una larga lista de premiados en la que destacan Roberto Bolaño, Juan Villoro, Alonso Cueto, Vicente Molina Foix y Javier Marías, entre otros. La obra galardona, “Tres ataúdes blancos” es, según su autor una "sátira a la política y a la forma que tienen los ciudadanos de relacionarse con la política"; una novela concebida como un thriller en la que un tipo solitario y antisocial es obligado a suplantar la identidad del líder de un partido político de la oposición y a vivir todo tipo de aventuras para acaba con el régimen totalitario de un país latinamericano llamado Miranda. Un país que, tal y como ha precisado Ungar, no existe como tal pero sí que toma muchas cosas de Colombia, Venezuela y, por extensión, de todos los países del norte de Latinoamérica. "En países como estos, la realidad es tan desorbitada e inverosímil que escribir una novela es como un ejercicio de edición de la realidad. Las cosas que pasan cada día son tan atroces y terribles que resultan incluso excesivas como material literario". Para Ungar, la mejor manera de combatir esta realidad es echando mano del humor; un humor negro que, asegura, es la gran vía de escape de los colombianos. "La cultura colombiana se ríe de la guerra constantemente, hay algo que conecta constantemente la muerte y la risa", ha asegurado un autor que, instalado actualmente en Jaffa, prepara ya una nueva novela.