También es verdad que las mismas instituciones que han venido autoadjudicándose el mérito de dar a Sevilla los acontecimientos cinematográficos que se merecía (festival de cine, rodajes de altos vuelos...) fueron las que habitualmente despreciaron la labor de ASECAN y se tocaban los huevos mientras una asociación privada sin ánimo de lucro trataba de... sí, dar a Sevilla la relevancia cultural que se merecía organizando actividades de todo tipo (hablamos por supuesto de Ayuntamiento, Diputación, Junta de Andalucía, Fundación Audiovisual de Andalucía, etc.).
La resurrección de ASECAN llega este año con su enseña principal: los Premios a los cineastas andaluces, pero en época de crisis lo hace en versión dosificada, casi volviendo a los inicios, cuando el acto no era un acontecimiento más o menos bien organizado en el Teatro Lope de Vega, sino un encuentro más o menos íntimo entre los propios asociados.
Estos son los Premios ASECAN 2010:
La película de Monzón, llena de todos esos tópicos carcelarios, con secuencias ridículas como la de la carga policial, parece sin embargo haber calado en algunos sectores. Jacques Audiard ha demostrado este año con Un prophète que se puede hacer cine carcelario sin caer en el tópico del macarra con voz aguardentosa. Pero Luis Tosar parece destinado este año a llevarse todos los premios, aunque su actuación nos recuerde a la de Jordi Mollá en La buena estrella. Lo triste es que películas de magníficas interpretaciones y trazado narrativo impecable como La vergüenza, de David Planell se queden fuera hasta de los premios de la crítica.
Sin duda, una de las películas de animación del año, aunque prefiero otros títulos del género como Max & Mary, magnífico ejemplo de animación para adultos que permanece inédito. Wall-e era una obra maestra con algunos altibajos, pero Up tiene sólo momentos sublimes y ciertas carencias narrativas. Y desde luego títulos como Buscando un beso de medianoche, El secreto de sus ojos, (500) días juntos o Moon son más completos y complejos.
Ya lo decíamos en nuestro comentario sobre la película: After es una propuesta fallido, repetitivo e irregular pero de lenguaje valiente y arriesgado. Y desde luego, si hay que comparar con el resto de producciones hechas desde Andalucía, es lo más decente que se ha hecho en 2009. Lo del guión es discutible, porque resulta lo más endeble, pero tampoco había mucho donde elegir.
Gordos tiene algunos méritos, pero resulta extrañamente soporífera en algunos momentos. Personalmente me parece que Antonio de la Torre, por mucho que se haya esforzado en engordar y adelgazar como si se tratara de Robert DeNiro, no me convence. Verónica Sánchez, como de costumbre, hace un buen trabajo (y sin necesidad de quedarse embarazada).
Con el mérito de estar nominada al Goya y al Oscar, sería extraño no reconocer en Andalucía el trabajo de Javier Recio y Kandor Graphics, que está viviendo una época de especial auge gracias al apoyo económico y personal de Antonio Banderas. Lo cual nos alegra especialmente, aunque El lince perdido (la anterior propuesta de este tándem) resultara tan decepcionante.
Este festival ofrece todos los años una muestra del cine que hacen nuestros vecinos y por ello tiene el mérito de acercar a Tarifa una cinematografía que no termina de despertar el interés internacional y parece destinada a sobrevivir como puede en muestras específicas como ésta.
Este es el premio chorra del año. Que Andaluces por el mundo, aunque ya tenga mil réplicas más interesantes, es un programa bien hecho, no hay quien lo dude. Que su fórmula se ha agotado en favor de otras propuestas más novedosas también es indudable.
Estos malagueños que empezaron hace un año a ofrecer información sobre el mundo del corto en Andalucía han conseguido hacerse un hueco entre la ingente muestra de portales dedicados a los cortometrajes. Quizás les falta un diseño menos estático y más atractivo, pero ya es suficiente con estar al pie del cañón sin que su capacidad informativa flaquee.
Un recorrido por una treintena de películas rodadas en Andalucía (pero también en el resto de España), que nos acerca a esos otros títulos que tuvieron como escenario nuestra tierra a principios del siglo XX. No he tenido oportunidad de leerlo, pero el planteamiento es interesante y el tipo que lo escribe es uno de los periodistas más inquietos que conozco.