Premios Goya 2013 (I)

No me pierdo los Goya ningún año. Y éste no iba a ser menos. Sobre todo porque repite la gran Eva Hache de presentadora, y eso hizo que me gustaran todavía más el año pasado. Esta noche se darán cita los mejores actores, las mejores películas, los mejores directores, productores, guionistas y profesionales del cine de nuestro país, y lo harán sobre la alfombra (no sabemos si verde si roja, ¿apuestas?), para cerrar un año estupendo para el cine de nuestro país. 
Como me podría extender muchísimo y hacer una entrada bíblica sobre todas las categorías, pero prefiero ver la gala y disfrutarla sin hacer muchas suposiciones, os dejo aquí mi reflexión sobre la categoría magna: la de mejor película. Y el resto lo comentaremos en la segunda entrada dedicada a los premios más importantes de nuestro cine, que subiré la semana próxima.
Vamos allá.
No debe de ser fácil ponerte a votar y tener que decidir entre una de estas cuatro películas. Creo que todas, tan diferentes entre sí, han supuesto que este año nos tengamos que sentir muy orgullosos del cine patrio. Y con eso me quedo, gane la que gane, por encima de todo: con la variedad, con la multitud de lenguajes, con las diferentes maneras de contar historias, con el carácter de todas y cada una. 
La senda que dejó The Artist el año pasado en los Oscar, parece haber sido recogida por Blancanieves (Pablo Berger, 2012): una versión del clásico cuento españolizada, muda y torera que ha sido ensalzada por la crítica y por el público; El artista y la modelo (Fernando Trueba, 2012) es otra muestra de la genialidad narrativa del director, del romanticismo y de la delicadeza a la que según mi parecer quizá le falla el marco tan recurrido del franquismo; Grupo 7 (Alberto Rodríguez, 2012) sorprendió y muchos dicen que fue en los años en los que está ambientada donde empezó nuestra crisis, Antonio de la Torre borda su papel y Mario Casas se nos muestra en otra faceta más allá de la de chico guapo e ídolo adolescente, dejando claro con su interpretación que también puede ser un buen actor dramático; y la bomba taquillera que ha revolucionado las cifras y la espectacularidad de nuestro cine, Lo imposible (J.A.Bayona, 2012), ha sido un despunte para darnos cuenta de que aquí, nosotros también sabemos hacer superproducciones. 
No me gusta hacer previsiones, pero dado que ésta es la primera gala de los Goya que voy a vivir a cargo de un blog de cine, haré un esfuerzo. Y no voy a mentir, me encantaría que ganara Lo imposible, me parece mucho más que una película, me parece una declaración de principios, y además quedé maravillada cuando fui a verla al cine; pero si dejo a un lado el corazón, creo que el galardón a la mejor película se lo llevará Blancanieves.
Ahora toca esperar y, sobre todo, disfrutar de la gala. ¿La veréis?