Premios Goya

Publicado el 13 febrero 2016 por Alejandropumarino

De «El viaje a ninguna parte» a «La isla mínima», la calidad de nuestro cine es superior a la imagen“.

No cuestiono la calidad de una película, entre otras razones, porquen tiene mucho de subjetivo, tanto entre las preferencias personales como en la valoración global de la calidad que ofrece una supuesta obra de arte. El sistema americano me parece más coherente; la taquilla manda y decide, en función del resultado económico, el éxito o el fracaso de un film. ¿Significa ello que no existan, en Estados Unidos, obras más “comprometidas”, menos encaminadas a ofrecer al espectador nada más que un simple entretenimmiento?. Pos upuesto, se habla de cine “independiente” y en él colaboran numerosos y famosos actores que reducen, de manera muy significativa, su “caché” para poder sacar adelante el proyecto. En nuestro país sucede lo contrario; se producen películas, habitualmente con un tema repetido hasta la saciedad casi ochenta años después, con dinero público, sin que los intervinientes perciban remuneraciones reducidas en función del interés personal que despierte el proyecto. Después, importa poco que sea rentable o no, suele ser suficiente con lamentarse de que el espectador va al cine “solo” a entretenerse y pocos meses después un producto similar se engendar para veer la luz unos meses más tarde son comentarios y críticas similares. Preguntémonos por qué la trilogía “El Señor de los Anillos” cosechó un rotundo éxito a nivel mundial, por qué no existen producciones españolas más ambiciosas y sobre todo, por qué nuestros directores triunfan más allá de nuestras fronteras, donde el modelo industrial del séptimo arte es sustancialmente diferente al patrio.

En la imagen un fotograma de “El viaje a ninguna parte” con Fernando Fernán Gómez, que siempre tuvo muy mala leche y siempre fue un actor extraordinario.