Revista Belleza

#PrendasconHistoria De la Americana al Blazer, el origen de un clásico femenino

Por El Rincón De Ika @rincondeika

La americana o blazer es uno de los básicos de armario que cualquier mujer debe tener, pero, en realidad, se trata de una tendencia más reciente de lo que parece en el caso de las mujeres. La americana surgió en inicio como una prenda masculina, como muchas otras que hemos visto en este tiempo, pero la moda femenina supo crear tendencia a través de los siglos hasta convertirla en toda una seña de identidad femenina.

La americana, más bien como blazer, empezó a formar parte del juego de la moda femenina gracias a un club de remo de Cambridge en torno a 1825. Tenía un color rojo conocido como “blazing red” y tomaba también el origen marinero del blazer del que hablaremos más adelante al repasar las diferencias entre la americana y la blazer.

Pronto Estados Unidos tomaría la prenda como propia y la abutizaría como blazer para diferenciarla de las americanas tradicionales. Así, las sociedades universitarias y los equipos deportivos de la Liga Ivy las convirtieron en prendas básicas de lo que se conoce como estilo preppy de los estudiantes.

Orígenes de la Blazer o Americana como prenda femenina

#PrendasconHistoria De la Americana al Blazer, el origen de un clásico femenino

La popularización de la americana o blazer entre la sociedad, llega con la revolucionaria actriz Sarah Bernhardt que revolucionó Paris en torno a 1870 con un traje de chaqueta de tonos claro y confeccionado a medida para una de sus interpretaciones. Si bien el pantalón escandalizó entre la sociedad de la época, la chaqueta masculina que llevaba fue visto como un símbolo del crecimiento de la mujer.

Así, pronto el traje de falda y una blazer similar a la masculina comenzaron a identificarse con el movimiento a favor del sufragio femenino. Culminaría con Coco Chanel y el diseño del primer traje de chaqueta con falda femenino que ayudó a popularizar la prenda entre el uso femenino con un mensaje claro: emancipación y libertad.

El periodo de guerras y entreguerras que seguirían este periodo terminó por afianzar la prenda en una mujer que había dado el salto a la calle y al mundo laboral. Marlene Dietrich es una de las mejores exponentes de las blazer de esta época con chaquetas y pantalones masculinas en algunas de sus películas como Morocco (1939) o Blonde Venus (1932).

La americana tuvo varios años de expansión, tanto para hombres como para mujeres dentro de la moda, hasta que en los 90 quedaron relegados a un segundo plano con la llegada de looks más grunge e informales que, aun así, no quisieron quedarse sin una visión particular de la chaqueta para sus looks.

A finales del siglo XX, la blazer era un clásico y un básico de cualquier armario, así como la americana para ocasiones más formales. El siglo XXI volvería a llamar a la chaqueta a primera fila convirtiéndose en un clásico que se adapta a casi cualquier estilo y cualquier momento gracias a su versatilidad, a la gran variedad de cortes y tejidos de la prenda.

Diferencia entre Blazer y Americana

Es habitual utilizar Blazer y Americana como sinónimos para este tipo de chaquetas. Sin embargo, dentro del sector de la moda, existen diferencias entre las dos prendas. Así, la americana se convertiría en la versión más formal de la blazer, mientras esta segunda quedaría relegada más a un ámbito de sport.

Así, la americana nace en Inglaterra a finales del siglo XVIII y su expansión tuvo mucho que ver con la colonización de América y las tendencias llevadas allí por los colonos ingleses introduciendo particularidades en la prensa; como los botones que pasaron a ser dos en lugar de tres para facilitar el acceso al pantalón.

Por su parte, la blazer como tal tiene un origen menos claro, pero se cree que a principios del siglo XIX la reina Victoria de Inglaterra iba a visitar el buque Blazer. Como signo de respeto el capitán de la fragata británica encargó una chaqueta especial de un material resistente, con bolsillos y con botones metálicos. Tal fue el éxito que pronto lo utilizaría toda la tripulación y, poco a poco, se popularizó entre fragatas y otras actividades deportivas.

En España existe una confusión mayor entre las dos prendas porque realmente identificamos los dos términos como sinónimos dado que la americana se exportó coincidiendo con el desarrollo de esta última versión de la prensa en el siglo XIX designándolo como chaqueta americana.

A priori, puedes identificarlas en el mercado por su aspecto. La chaqueta americana tiene un aspecto más formal, con botones oscuros (dos o tres normalmente en una o dos tiras frontales) y bolsillos con tapeta. El blazer, por el contrario, no se asocia al traje de chaqueta, posee una imagen más casual, con un tejido más resistente, bolsillos de parche y, en general, diseños más arriesgados.

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