Preparamos nuestro propio abono. Guardamos en una pequeña extensión del terreno, toda la hierbas y maleza que se saca del terreno y de los huertos, las ramas cuando se podan los árboles... y eso en unos años se va creando un reciclado como compuesto perfecto para abonar la tierra, nada de animales.
Primeramente se sacan las hierbas que han crecido en el invierno. Añado el abono, dispersando por los huertos. Se cava la tierra con la ayuda del multicultor (tarea que gracias a que me la hace mi hermano Manolo, por que no puedo con la máquina). Que por cierto tuvo que comprar uno nuevo, que el otro ya no dio más de si de lo viejo que era. Con la azada se van abriendo los surcos.
Ponemos unas lonas negras de plástico, para que no crezcan las malas hierbas, que una ya tiene sus años y no estoy para agacharme tanto tiempo para quitarlas. Con un soplete va haciendo mi hermano, unos agujeros donde irán las plantas que siembro.
Así queda con la lona agujereada, lista para introducir las plantas.
Y ya me dispuse a sembrar, lechuga de roble, lechuga maravilla, escarola, intercalando agujeros vacíos, para sembrar dentro de 3-4 semanas, otra tanda más. Si no salen todas las lechugas de golpe y no da tiempo de poderlas consumir.
Plantando lechugas
En el resto del huerto ya sembré habas, guisantes, chirivias, zanahorias, acelgas.
Esta es una pequeña extensión que tengo con puerros y mejorana, unos crecidos y otros que sembré el pasado fin de semana, cubrí la tierra con ceniza, que va muy bien a los ajos, cebollas, puerros...
Pues ya habéis visto la primera fase de mi huerto, en poco tiempo ya veré sus frutos.