Reconfortante y estimulante, el vino caliente es una bebida casi obligada en los mercados de Navidad de los países europeos del norte, que nos introduce de forma cálida en el ambiente festivo de fin de año.
Mientras las temperaturas siguen cayendo y se van perfilando en el horizonte cercano las fiestas de fin de año, es la ocasión para preparar esta delicia que hoy desde decataencata.com os explicamos cómo se prepara.
Bebida habitual en Alemania, Austria, la Alsacia francesa y otros países centroeuropeos desde tiempos remotos. Sus primeras señas de identidad se remontan al Imperio Romano, período en el que se hervía el vino junto a especias y miel. No existe receta oficial y, el arte para elaborar un buen vino caliente reside en la elección de sus ingredientes.
Recuerdo tiernamente un viaje que realicé en compañía de pontevedreses (madres y padres) cuyos hijos fueron premiados por la, en aquél tiempo, Caja de Ahorros de Pontevedra, con un viaje junto a ellos por la Europa comunitaria recién estrenada, visitando parte del Midi francés, París y Estrasburgo, atravesando parte de la Selva Negra alemana, conociendo en Estrasburgo a Mathilde Bonichot, una comerciante con un puesto en el mercado, que nos invitó a la cata de su vino caliente junto a la de unas exquisitas galletas Hutzelbrot a la vez que nos explicaba como lo elaboraba, entresaco mis apuntes para trasladarlo a vuestro conocimiento.
La elección del vino para el vino caliente
Cada país tiene, por ello, su propia receta, y así por ejemplo, en Suecia lo preparan con vino blanco, y el tinto lo importan de Francia o de España. Lo ideal es utilizar un vino “bio” o puro, en el que los aromas a fruta se expresan plenamente. El objetivo, según comentaba Matilde, era obtener el equilibrio perfecto: “Un buen vino caliente debe tener un buen grado alcohólico y ser afrutado y especiado”. De hecho, un vino joven y redondo es el candidato ideal por poseer potencia con que enfrentarse a la vertiente especiada del mismo y aromas frutales con capacidad de evolución. Los vinos del Valle del Ródano, del Languedoc y del sudoeste francés cumplen todos estos requisitos, sin olvidarnos de nuestro maravilloso tempranillo, monastrell y garnachas. No debiendo esquecer (como decimos en Galicia) las variedades syrah, merlot y la gamay.
La elección de las especias para el vino caliente
No existen reglas fijas en la receta del vino caliente, todo es una cuestión instintiva. Los romanos le añadían pimienta, laurel, azafrán y dátiles. Pero hoy en día, las especias referentes son la canela, el anís estrellado, el clavo, la matalauva y la nuez moscada.
Pero ningún añadido resulta gravoso, por ello también se le puede añadir cardamomo y jengibre fresco bio pero sí debe evitarse el exceso de badiana por resultar muy anisada. En definitiva, es una cuestión de gusto. Si se quiere cierta nota de dulzor, se añade un poco de azúcar moreno.
La elección de la fruta par el vino caliente
Los cítricos tienen su puesto de honor en la elaboración, según Mathilde Bonichot: “Yo utilizo bastante naranja y un poco de limón”. Una rodaja de limón o su ralladura y, también trozos enteros de fruta que bien cocidos, perfumados y especiados son una auténtica delicia. Si son “bio” mejor que mejor, tanto limones, peras u otras frutas rojas.
La preparación/elaboración del vino caliente
No existe un orden preciso en cuanto a su elaboración, siendo suficiente con colocar las especias y la fruta en el vino y calentar el conjunto, pero si se debe cuidar sobremanera la temperatura a que se somete debiendo evitar que hierva el vino, a riesgo de que el alcohol se evapore, para ello se cuece a fuego lento removiendo el conjunto con la ayuda de un cucharón o cazo.
En cuanto al tiempo de cocción, hay que decir que a la bebida hay que darle su debido tiempo para que macere, dado que el sabor evoluciona con el paso del tiempo, “me fijo especialmente en el aspecto de los palos de canela, cuando están abiertos, me indica que los aromas se han desarrollado correctamente”. Contar en torno a unos 20 minutos demorando un poco su toma para obtener el resultado pretendido.
Chez Mathilde, en el 10 de la rue de Rosheim, 67870 Bischoffsheim. Teléfono: 03.88.69.83.28.
Todavía está en la brecha.
Ese fue el regalito de mi hija Elena. El auténtico regalo es ella misma. Muchas gracias Hele.
La fotografía
MUSICANDO
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