Billecart-Salmon es una maison de Champagne fundada en 1818 por el matrimonio Nicolas François Billecart y Elisabeth Salmon. A pesar de su volumen de producción y su larga historia de cerca de 200 años, sigue estando en manos de una sola familia, que va ya por la sexta generación.
Con la bodega situada en Mareuil-sur-Aÿ, cultivan hasta un total de 100 Ha y controlan un total de 200 Ha de viñedo repartido en 40 crus en Epernay, Montagne de Reims, el Vallée de la Marne y la Côte des Blancs. Poseen además un histórico viñedo de apenas 1 Ha, el Clos Saint-Hilaire, herencia de la familia en el que se han recuperado métodos ancestrales de viticultura, y del que procede una de sus cuvées más prestigiosas. Con el fruto procedente de estos viñedos se elaboran unos dos millones de botellas de un total de 11 cuvées. La elaboración para los champagnes non vintage incluye fermentación en inox con control de temperatura, mezcla de vinos de tres añadas y largas crianzas en rima, aunque se empiezan a incorporar vinos base con fermentación y/o crianza en barrica, como se hace para los cuvées vintage.
En la presentación de ayer, pudimos catar y degustar tres champagnes de la gama Collection, los non vintage de la casa.
Empezamos con el Billecart-Salmon Brut Réserve (AOC Champagne; Chardonnay, Pinot Noir y Pinot Meunier en proporciones similares) tiene no menos de 36 meses de crianza en rima. Es un vino de color amarillo pálido con reflejos verdosos, con una burbuja muy fina y continua. En nariz, aromas de avellana, brioche, flores blancas y destellos cítricos. El paso por boca es seco, cremoso, con el carbónico marcado pero para nada molesto, con notas tostadas y un tenue amargor combinado con recuerdos cítricos. Me pareció un champagne muy gastronómico.
El Billecart-Salmon Blanc de Blancs Grand Cru (AOC Champagne, 100% Chardonnay) se elabora con uvas procedentes de viñedos Grand Cru de Avize, Chouilly, Cramant, Mesnil-sur-Oger y Oger; es una mezcla de vinos de sólo dos añadas y tiene una crianza en rima de al menos 48 meses. Tiene un color amarillo pálido muy brillante de reflejos acerados, con una burbuja fina y elegante. La nariz no es demasiado compleja, muy cítrica, con puntas tostadas y de fruta blanca. En boca tiene una muy buena acidez, siendo tremendamente cítrico, con un carbónico muy integrado y un final muy agradable que invita a otra copa. Un champagne menos complejo que el anterior, pero de calidad. Me pareció un buen vino de aperitivo que quizá gane complejidad con un tiempo en botella.
Terminamos con el que posiblemente sea el más conocido de los champagnes de esta casa, el Billecart-Salmon Brut Rosé (AOC Champagne; 40% Chardonnay, 40% Pinot Meunier y 20% Pinot Noir que se vinifica en tinto; mínimo 48 meses de crianza en rima). Es de un precioso color asalmonado pálido, muy provenzal, con reflejos cobrizos, y con una burbuja más abundante que sus compañeros de cata. La nariz viene marcada por las frutas rojas ácidas, con tostados tenues y recuerdos de campo. En boca es muy frutal y seco, algo amargoso, con cierto peso, carbónico elegante y final largo y agradable. En ocasiones parecía que asomaba un vino tinto tranquilo ligero. Muy buen champagne, capaz de enfrentarse a un menú completo.
Estos tres champagnes básicos de Billecart-Salmon me parecen vinos de calidad, disfrutables como copa de aperitivo, acompañamiento para una tarde tranquila o para enfrentarlos a una comida completa. El rosado es un vino que repetiría, pero en general no son mi estilo preferido de champagne.