"Es difícil hablar del futuro cuando el presente ya es distópico en sí. Por eso, Mañana todavía aparece en un momento perfecto para reflexionar sobre el género."
Pasaban unos minutos de las 19:30 de la tarde del lunes cuando me acerqué a Gigamesh, en Barcelona, para asistir a la presentación de la antología distópica de Mañana todavía. Doce distopías para el Siglo XXI, una interesante recopilación de diversos autores españoles que nos contaban su percepción del mañana en lo que no pretende ser otra moda literaria más, sino una alma, una denuncia, una reflexión sobre el futuro.
Instantánea del evento, con Pastor, Ruiz y Vallejo
Cogiendo apresuradamente asiento y realizando las primeras fotografías del acto, los tres asistentes para dar esta charla ocuparon sus asientos y se ensartaron algunas de las chapas que regalaba Fantacsy por su primer año de vida editorial: Dos de los escritores, Marc Pastor y Susana Vallejo, así como Ricard Ruiz Garzón, quien se ha encargado de que esta obra se hiciera posible, nos sumergieron así en una épica conferencia sobre un género que está pegando fuerte en el hoy que clama por un mañana mejor.
El primero en coger la palabra fue justamente Ruiz, quien aseguró que este proyecto aparece justo en un el momento perfecto "para reflexionar sobre el género", pues el término distopía aún no está del todo acuñado y, ciertamente, es difícil de definir, así como la posibilidad de "explorar sobre el futuro, denunciar el presente que extrapolamos en el futuro". "Es difícil hablar de futuro cuando el presente ya es distópico en sí", dijo contundente. Según el editor, esta antología de relatos fue un proceso único, en el que decidió cuáles serían las condiciones de los escritos, contactó con todos los escritores pertinentes -que aceptaron al instante- y pudo degustar en primicia hasta dónde podía llegar la mente del escritor. Así, para él, "Mañana todavía es único en el mercado, pues no hay nada igual", y con henchido orgullo, aseguró que "tiene cierto nivel".
A continuación, Marc Pastor, autor del relato 'Camp Century', confirmó las palabras de Ruiz hablando de las condiciones para el relato, pero reconoció que fueron un poco difíciles para él porque "no quería escribir distopía, sino algo apocalíptico", por lo que tuvo que camuflar algunos ingredientes. De esta manera, inició una charla muy interesante para los asistentes sobre los aspectos básicos de una distopía, a saber, un escenario claustrofóbico, un sistema opresivo que ataca generalmente con el miedo y la presencia de un individuo contra el mundo. Estos ingredientes, "usando una termomix", creaban el escenario perfecto para una distopía. En cuanto a su relato, 'Camp Century', obsequió a los asistentes con ciertos detalles, como que es una base nuclear existente y abandonada en Groenlandia, producto de la Guerra Fría, y que incluso podíamos encontrar su ubicación y planos mediante Internet, así como el uso que ha hecho en la literatura como método opresor en su historia.
Después, fue el turno de Vallejo, con su relato 'Gracia', quien constató que la antología presente era "magnífica" y todos los relatos le habían dicho algo en especial. El suyo en concreto no habla "de un héroe sino de un superviviente", y en esta ocasión tenemos a una mujer, una mujer "que no es imbécil, que sobrevive a costa de lo que sea". La autora, además, aseguró que le gusta incluir en sus historias pequeños detalles que hacen redondo al personaje, como "esas mujeres que usan tacones y suspiran al quitárselos al final del día porque les duelen los pies, o usan camisón, por muy incómodo que sea". Vallejo, además, explicó que también había insertado interesantes detalles para entender mejor el pasado a modo de historia, hablando de oficios ya casi inexistentes, como la comadrona, "de las figuras de antes".
En la ronda de preguntas, Pastor y Vallejo coincidieron en que, si bien todos los relatos eran "magníficos" y la unidad de todos ellos creaba una novela "que no te deja indiferente", el de Javier Negrete, 'Los centinelas del tiempo', era su preferido, pues "solo con leer el de Negrete ya es dinero bien invertido. Es un relato sensacional y redondo".
Ejemplar de Mañana todavía junto a las cinco chapas que ofrecían en el acto
Finalmente, Garzón clausuró el acto comentando que no cerraba la puerta para una segunda entrega de antologías pero que "Mañana todavía aún estaba caliente". Pese a todo, Pastor hizo una lluvia de ideas, entre las que figuraba "un Ocho distopías vascas".
Con la colaboración de FantascyFicha técnica de Mañana todavía